La nueva modalidad: Claudia 2.0

2024-10-04 | Armando Vásquez A. | Columna Archivo Confidencial
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LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA de López Obrador fue un experimento de ajustes, aplicación de acierto y error y ante todo soportada en hombres y mujeres que nunca entendieron lo que es el manejo de la administración pública, eso sí, tenían 95% de lealtad y esos mismos colocaron a sus gentes que tampoco sabían ni papa de cómo se mueven los hilos en el gobierno.

Entre las confusiones que provocaron en todos los órganos que tocaron, sobresalió la conformación de diagnósticos y planes de acción, sin comprender, pues no se vio una dependencia en la que lo hayan hecho, que la reglamentación del manejo –que nada tienen que ver con las dos anteriores--, era el principal aspecto a establecer, que se comprende pero no se justifica, pues no sabían lo que tenían en mano y cómo se comía.

El ejemplo más claro es Insabi pues si bien conformaron las leyes adecuadas, las reglas del juego no se concretaron y no supieron qué hacer con el enorme aparato burocrático. Quisieron, pero no pudieron, manejarse con el reglamento del Seguro Popular que habían desechado pero ya era muy tarde. Su ineficacia provocó que se indexara al Imss Bienestar, otro monstruo cuya eficiencia reglamentaria está en veremos.

Lo mismo pasó en Seguridad, Infonavit y el etcétera asi de largo que usted quiera suponer cuyas ocurrencias destrozaron esquemas que funcionaban. La más visible fue la SHCP donde tres de sus titulares presentaron su renuncia durante el sexenio y el actual, Rogelio Ramírez de la O, se publicó que dejaría el cargo el quince de noviembre una vez que entregara el presupuesto 2025, aunque la presidenta le dijo que no y le otorgó la oportunidad de que colocara a la gente con la que quisiera trabajar que era la razón de tal rumor. El caso está en veremos.

Tampoco manejaron por área los diferentes indicadores que permitieran checar el cumplimiento de su trabajo. El Plan Nacional de Desarrollo del 2018 fue una pléyade de concepto y buenas intenciones. La presidenta ya ha dado color sobre sus acciones, falta desarrollar el PND que será una extensión de las cien principales acciones y metas, de diferentes alcances ya presentada que una seis de sus obras, por ambiciosas serán transexenales como la instalación de mil 600 kilómetros de vías ferroviarias, el plan hidráulico, entre otras. Claro, falta ver el presupuesto de sus metas para definir su alcance en años.

Lo que hizo López Obrador al nombrar secretarios, fue incrustarles subsecretarios con más o menos concocimiento del sector público, pero incapaces de moverse con la rapidez pedida por el ex presidente al no contar con las herramientas legales –ni el personal adecuado--, para realizar los cambios debidos y darle movilidad a las acciones pedidas por Amlo, muchas de las cuales, sobre todo las relacionadas con mantenimiento de la infraestructura, están maltrechas, entre otras, fueron mal enfocadas o simplemente no se desarrollaron.

Este panorama ya lo tiene en mente la presidenta Sheinbaum, de allí la digitalización de todo el poder público y la exigencia de productividad, entre otros puntos. Por ello también se puede sesgar el entendimiento a los últimos cambios efectuados en el gabinete del gobernador Alfonso Durazo en el cual resaltó la capacidad por sobre la ideología. En Sonora y el país, los morenistas demostraron no estar preparados para ocupar cargos públicos pues, se dice, pensaron que llegaron para salir de la pobreza sin importar los valores ya sabidos, y no era así.

Las renuncias conocidas fueron por impotencia en quienes si contaban con experiencia y decepción, en aquellos funcionarios que seguían ruinos o no supieron aprovecharse del cargo. Esto no es nuevo, lo vivimos también en tiempos del gobierno de Guillermo Padrés.

Todo indica que en este gobierno de Claudia 2.0 se velará por la eficacia más que por la concordancia de amor por el que se fue. Aquellos que demostraron contar con la capacidad debida fueron reconocidos, por eso no es extraño que Octavio Almada rebasara por la derecha a tanto funcionario que podía ser delegado de Bienestar en Sonora pues en Conapesca hizo el trabajo suficiente y conformó las relaciones adecuadas para seguir en la palestra con el signo de ser buen operador política. Se enfrentó a imposiciones gringas y salió avante, entre otros aspectos.

La presidenta sabe muy bien que, con independencia de las querencias personales, simpatías y suspicacias, seguirá con el tenor de imponerse con mano dura en todos los órdenes, incluyendo los medios informativos –ayer cerraron su espacio en Radio Fórmula de la senadora Lilly Téllez, habrá más periodistas afectados, se habla de Ciro Gómez Leyva y la entronización de Epigmenio Ibarra--, por un lado y por el otro, es una mujer de pocos amigos a los que mantiene cerca.

A su vez, su falta se simpatía ensombrecida y poco equiparable con la del Peje, --ya no veremos encuestas de popularidad--, le obliga a una imposición política, legal y personalizada también sobre los factores de poder –empresarial, religioso, etcétera--, por lo cual se avizora la utilización del Estado para que jueguen con sus reglas, (por ejemplo, la preferencia por la mexicanización del empresariado chino, que es tema aparte) incluyendo en el legislativo donde el nombre de YSQ no suena tan fuerte como pudiera pensarse. Muera el rey, viva la reina.

Otro hecho interesante que observaremos en los próximos cien días, será la relación que establecerá con el nuevo presidente de EU. Kamala, a quien ella apoya, ya dijo que platicará con Sheinbaum como candidata mientras Trump (el populista y preferido de Amlo), no deja de golpetear a México/presidenta. Vale la pena subrayar que Claudia dijo que asistirá el 20 de noviembre a la reunión del G20. De seguro el desfile empezará muy temprano pues deberá volar a suelo brasileño.

Apenas vienen los ajustes y con ello el rechinar de dientes para aquellos que no han entendido que empezó una nueva modalidad, muy diferente a la de antes.

EN FIN, por hoy es todo, el lunes le seguimos si Dios quiere.

Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…                                                                                                                                                                                                                                  

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