Lola, autoatentado a su carrera política

EL AMBIENTE estuvo tenso. No fue un día de campo el reconteo de votos de las 378 casillas impugnadas por Morena en la elección a la alcaldía de Hermosillo.

Se colocaron nueve mesas con representantes de cada partido. Por la candidatura común de Lola del Río estuvieron uno de Morena, PT, Verde, Panal y Pes. Por parte de Toño Astiazarán uno de la coalición Fuerza por México, otro del PRI, PAN, PRD y finalmente uno del MC y otro del Partido Sonorense que se fletó veinte horas al frente al no contar con respaldo pues no cuentan con muchos integrantes que digamos.

El recuento empezó a las diez de la mañana del lunes y el primer turno finalizó a las cuatro de la tarde, siguió otro hasta las doce de la noche, luego a las seis de la mañana y el último concluyó a las dos de la tarde del martes.

Los funcionarios del Instituto Estatal Electoral hicieron su trabajo de calificar la validez de los sufragios. Todos los representantes de los partidos firmaron cada una de las actas en aceptación de los resultados una vez contabilizados los votos… Ojo porque esto es importante.

Ambientaron la jornada con café del Starbucks, hamburguesas, burritos de machaca para el desayuno, galletas para estar picoteando y aguantar la intensa jornada de conteo.

Hubo 63 actas consideradas como irregulares, 30 a favor de Toño y 33 de Morena.

Los integrantes de la coalición pro Lola parecían estar capacitados para tronar el evento. Se conformaron en cuadrillas con un jefe, pero todos, desde el joven imberbe hasta la señora y señor que se veía de cualquiera de los cinco partidos, ante una disyuntiva les brotaba lo autoritario, prepotente, lenguaje soez y altanería hacia sus compañeros temporales, como queriendo pelear como dice el corrido.

No fue una ni dos las ocasiones en que juntos, como pandilla, actuaron verbalmente en contra de los representantes de los otros partidos. Iban dispuestos a echar pleito, entre ellos se apoyaban y hasta preguntaban para que les escucharan el resto de los allí presentes que si era pleito que no estaban solos. “Si te peleas me hablas”, era una de sus frases favoritas.

A los funcionarios del instituto electoral tampoco les fue bien. Les gritaban bravucones y altaneros, que tenían que hacer caso a sus aseveraciones. Tampoco se prestaron los del IEE a enturbiar el conteo.

Los de la coalición de Lola a todas luces iban entrenados, dispuestos a tronar el conteo para trasladar el caso al Trife en Guadalajara alegando la falta de condiciones. Querían que entrara la policía a pacificarlos. Faltó una chispa para que se hiciera la trifulca, pero los del PRI principalmente, llamaban a la calma, a no hacer caso de la altanería y a todas luces las provocaciones de dichos representantes de Lola.

La votación fue del cincuenta por ciento, las boletas que no se utilizaron fueron marcadas con dos rayas a lo largo, como marca la ley.

Curiosamente, se presentó un hecho que llama la atención pues en un buen porcentaje de los votos contabilizados: si la participación hubiera sido por partido, sin coaliciones, Movimiento Ciudadano contaba con una votación un poco superior a Morena, PRI y PAN solos. Afectó a Lola pues Toño ganó de manera contundente en escasas casillas y en las colonias de clase media y alta los números estuvieron parejos para ambos. Eso sí, en el sur de la ciudad –Palo Verde, Altares, entre otras--, los guindas prevalecieron.

En la suma total de nueva cuenta ganó Toño.

Morena anunció que impugnará ahora en el tribunal de Guadalajara, su última opción, alegando que de las 378 casillas (que fueron sus propuestas para el reconteo) se identificaron 365 con graves irregularidades y fueron notificadas junto a la solicitud de nulidad de otras 304 que llegaron fuera del horario establecido y colocan como justificante el artículo 319 de la Ley de Procedimientos e Instituciones Electorales para el Estado de Sonora.

Entre esas irregularidades mencionan boletas faltantes o de más que beneficiaron a Toño, folios discrepantes, manipulación de los paquetes electorales, casillas extemporáneas, cajas abiertas, sellos violados y boletas sin sello oficial. Se sostienen en que hubo un fraude.

El Tribunal Estatal Electoral, dentro de diez días dictaminará una resolución.

Solamente Dolores del Río sabe las causas que la empecinan a seguir en esa lucha de querer anular las elecciones que, de nueva cuenta quedó demostrado, simplemente perdió.

Desgraciadamente para la ex alcaldesa, ex diputada federal y local, ex secretaria de Seguridad, por el PAN, MC y ahora como simpatizante de Morena pues no es integrante formal, lo que está cometiendo con su actuar es un autoatentado a su carrera política.

Se sabe que buscará platicar de nueva cuenta con la presidenta electa –quien junto con López Obrador pisará tierra sonorense este fin de semana--, como lo hizo en su última gira cuando la interceptó en el gusano de seguridad del aeropuerto, pero eso sería tanto como violentar el cuidado de las formas al arrollar al gobernador Alfonso Durazo que ha preferido la sana distancia, así como los directivos estatales de Morena que la han dejado ser pero que no la respaldan, al menos públicamente.

No se ve tampoco el inicial respaldo de Adolfo Salazar Razo. La dejaron sola.

EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.

Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios impresos y electrónicos, cuenta con Licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y es doctorante en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…

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