Rumbo al hoyo boliviano

2025-04-08 | Armando Vásquez A. | Columna Archivo Confidencial
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ALLÁ EN BOLIVIA, desde 2011, gracias a Evo Morales y su Constitución del 2009, el pueblo elige a los magistrados de sus tribunales grandes: Supremo, Constitucional, Agroambiental y el Consejo de la Magistratura. ¿El sueño? Que la justicia dejara de ser coto de los ricos y oliera a pueblo. ¿El resultado? Un fiasco y engaño que apesta. A diferencia de México se eligieron en total los cargos de 56 juzgadores.

Bolivia es una pequeña población de 12 millones donde el padrón electoral es de siete millones. Es el tercer productor de coca en el mundo y si, el poder del narco es relevante.

En las elecciones de 2011, 2017 y la última, en diciembre del 2024, más de la mitad de los votos fueron nulos, un 65.8% en el 17 porque el partido de Evo Morales –el similar a Morena--, impuso y manejó con sus fieles la elección preseleccionando a los candidatos y el repudio del pueblo “bueno y sabio” fue mayoritario. Hubo lugares en los que, quienes ganaron, lo hicieron con quince mil votos en unos sufragios que apenas rebasaron el 30 por ciento del padrón nacional.

El hecho es que las elecciones de juzgadores, según la ONU e InSight Crime, permitió que entre el 10 y 15% de los jueces terminan bailando al son del crimen organizado, acción que hoy es una constante arguyendo los juzgadores “detalles técnicos” mientras el país se hunde. Por eso conforme al Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional Bolivia cayó de 35 puntos en 2014 a 28 en 2024, y hoy está en el lugar 133 de 180. Un país que era pobre pero digno, ahora es pobre y sospechoso.

Aquí, Morena aplica la misma receta boliviana, pero con chile extra. Desde el 30 de marzo, más de 3,400 aspirantes andan en campaña para ser jueces. Organizaciones como Defensorxs y Data Cívica ya destaparon la cloaca: entre 50 y 200 de esos candidatos traen cola que les pisen, desde abogados ligados al narco hasta exfuncionarios con pecados de diferente índole.

Vemos pues que México ya está en el hoyo con 26 puntos en el IPC 2024, puesto 126, apenas dos escalones arriba de Bolivia. Si esta reforma sale como en dicho país, con jueces al servicio de quien les pague la campaña —sea partido o cártel—, nos vamos al fondo. La inversión extranjera, que ya tiembla con tanta balacera, se largará corriendo y la impunidad, que hoy nos tiene de rodillas, se hará reina. Bolivia lleva 14 años con jueces electos y el narco sigue de fiesta, mientras su economía se desangra y la gente desconfía hasta de su sombra.

México podría acabar más corrupto que es a lo que nos lleva la copia del manual boliviano sin leer la letra chiquita. Allá, el MAS y el narco se adueñaron de la justicia con preselecciones amañadas y cero candados; aquí, Morena y los cárteles tienen el camino pavimentado para hacer lo mismo sin un INE con colmillo, sin reglas claras y con una sociedad que no despierta de tal manera que este primero de junio se entregará la justicia en charola de plata a los de siempre: los que mandan y los que matan.

Hay quienes aun piensan que el efecto Trump vendrá a recomponer el escenario, pero no hay certeza toda vez que, en sus disposiciones al combatir narcos terroristas, en ningún momento se ha mencionado la afectación que les podría afectar dicha reforma al poder judicial debido a que tienen muy claro que aplacarán a los cárteles a su manera sin respeto a las leyes constitucionales de México.

En Bolivia se eligen juzgadores cada seis años. Lo interesante es que en la segunda elección se incrementó la fuerza del crimen organizado que se prepararon para detectar a aquellos candidatos que les afectaba positiva o negativamente. Fueron quienes definieron el rumbo de los comicios.

La metodología que se aplicará en México es similar a la de Bolivia por lo cual, si bien va, se espera una votación escasa que será un éxito si acude a las urnas un 30 por ciento del padrón electoral mexicano, 30 millones, aunque esto sería en buen plan. Pero no importa el fracaso sino que se legitime sin importar el número de votos.

En el portal del INE se puede acceder al nombre de los aspirantes en un espacio denominado “Conócelos” https://n9.cl/7i9x67 en el cual se mencionan nombres como Silvia Rocío Delgado García, candidata a jueza penal en Chihuahua, conocida por ser defensora de "El Chapo" Guzmán en 2016, Jesús Humberto Padilla Briones, aspirante a juez en NL, detenido en 2023 por narcomenudeo y portación ilegal de armas, Nicollino Cangiamilla, candidato a magistrado en Sonora, excoordinador de prisiones estatales vinculado a incidentes de ingreso de drogas a cárceles y a un feminicidio, Sabas Santiago Piña, expolicía en SLP relacionado con un asesinato, aunque fue retirado de la lista tras protestas, entre otros.

Y es solo el principio. Así que ya se puede imaginar hasta donde llegará esta visceralidad de Amlo heredada y reforzada por Sheinbaum. Trump no podrá parar esto a menos que…

EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.

Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…                                                                                                                                                                                                                                  

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