La mexicanización de China
CHINA EMPEZÓ a ser competencia mundial prácticamente desde el año dos mil cuando fue aceptado por distintas organizaciones de comercio, como la OMC a la cual se incorporó el once de diciembre del 2001 convirtiéndose en el integrante número 143 de los 166 que la conforman.
Fue posible gracias a las adecuaciones políticas que se implementaron en la década de los noventas las cuales incluyeron:
a).- Reconocimiento jurídico al capital privado.
b).- Reducción de los subsidios a la producción.
c).- Cambios en la propiedad estatal de empresas.
Sus oponentes alegaron que no cumplía con los requisitos al ser el Estado el regulador de los ámbitos comerciales internos que chocaban con el libre comercio y la propiedad privada.
China se convirtió en un país proteccionista de sus empresarios hasta la fecha de tal manera que protege a quienes salen al mundo a instalar sus negocios e incluso, con el apoyo de su mayor banco de carácter gubernamental.
Es su estilo de imperialismo que lo coloca por debajo de Estados Unidos de donde surgen las grandes corporaciones que se conforman en base a la metodología de venta de acciones al mejor postor y que facilita el crecimiento de las trasnacionales.
En China, se combinan el apoyo gubernamental y la competencia constante para lograr una dominación mundial teniendo pues, como mayor competencia, a EU que busca lo mismo.
Por ello, presidentes como Donald Trump en su momento, aplicó aranceles a los productos chinos para frenar su compra en el mercado estadunidense, situación que será más agresiva en caso de ganar la carrera presidencial el populista de derecha.
China es un país cuyo sistema es mixto, una parte capitalista y otra comunista al contar con un solo partido político, una justicia que avala la pena de muerte, que maneja diferentes programas sociales –tanto de vivienda como de apoyo en diferentes tópicos a las clases menos pudientes--, que le permitió generar expectativas de empleos con mano de obra barata como un anzuelo para que instalaran miles de empresas del mundo y que hoy sufre su némesis en lo que se tituló como nearshoring.
Hace unos cuantos años, su población –hoy de mil 400 millones de chinos--, considerada la segunda más grande del mundo –la India le rebasó—contaba con una clase media de 300 millones y hoy se calcula en el cincuenta por ciento en esta categoría.
Necesita del mundo para sobrevivir por ello se han dedicado a “exportar” chinos como ocurre en aquellos países que permiten una doble nacionalidad, como ocurrió con Canadá en su momento donde se aposentaron en Toronto dos millones de chinos en el lapso de un año y fracción. Los canadienses dejaron de aplicar esa política pública.
México es el país que tienen en la mira. Vemos cómo han estado adquiriendo empresas, edificios y propiedades con vista a un futuro como ocurre en Hermosillo –y el resto del país--, por lo cual podemos observar en las calles lotes baldíos que están limpiecitos cuyo número aumenta. ¿Qué negocios van a instalar?, ya lo veremos.
A su vez podemos observar más consorcios chinos que atienden todo tipo de problemáticas --hasta financiamiento—de los gobiernos de los diferentes niveles. Manejan tecnología de primer mundo para atención de tooodos los servicios públicos que lo requieran.
Cuando Trump anunció que incrementará los impuestos a las exportaciones de cualquier fabrica china para cuidar el mercado de los productores gringos –pues EU no deja de ser el principal consumidor--, los chinos se avocaron a focalizar de México para abajo en América Latina como a sus principales clientes apoderándose de los bienes de estos países y restando, poco de momento, mercado y preferencias gringas.
No tienen prisa. En 20 o más años serán los principales inversionistas lo cual colocará a México en una excelente posición pues como competencia impulsarán mejores ofertas de los estadunidenses. Pero para que se de esta situación todavía le cuelga.
En materia ideológica el modelo chino está avasallando pues logró quitarse el estigma de comunista recalcitrante al convertirse en un país moderado. Ya no está en los extremos como ocurre con algunas dictaduras ya conocidas de países latinoamericanos.
El detalle es que frente a la flexibilidad mostrada por el gobierno mexicano cuatrotero, hay condicionantes que aplicará el gobierno estadunidense para detener esa invasión asiática y cuyas repercusiones las empezaremos a vivir a partir de enero, luego de que tome posesión el nuevo presidente pues hay que recordar que México tiene una relación con los vecinos del norte cuyas importaciones rebasan el 75% y es el principal socio comercial, característica que será difícil que quieran perder.
Ya no es una cuestión de ideología simplista sino de dominación comercial enmarcada en una ambición mundial.
Si vemos este contexto vamos a poder vislumbrar y explicar algunas de las acciones que se tomarán en México, incluyendo aspectos laborales, financieros y hasta de seguridad.
EN FIN, por hoy es todo, el lunes le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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