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Trump exporta su receta ganadora

2025-11-18 | Armando Vásquez A. | Sección:

ESTE DOMINGO QUE pasó, en Chile se desarrollaron elecciones presidenciales. La candidata de izquierda, Jeannette Jara (del Partido Comunista y coalición Unidad por Chile), obtuvo la mayor votación individual con alrededor del 27% pero los candidatos de derecha y ultraderecha sumaron colectivamente más del 70% de los sufragios, pero como allá hay segunda vuelta se da como un hecho que José Antonio Kast (ultraderecha, Partido Republicano) sea ungido como nuevo presidente el próximo 14 de diciembre.

Aunado a ello, en la cámara de diputados obtuvo una mayoría parlamentaria la oposición de derecha (90 vs 64 escaños) y un equilibrio favorable en el Senado. El presidente saliente Gabriel Boric (izquierda progresista) enfrenta una aprobación por debajo del 30% desde mediados de 2023, debido a estancamiento económico, casi parálisis legislativa y percepción de ineficacia en reformas sociales. Su administración, que prometía equidad y feminismo, ha sido criticada por no avanzar en pensiones, salud y educación, lo que generó fatiga entre votantes jóvenes y de clase media.

La campaña se centró en el aumento de la delincuencia (asesinatos, extorsiones y secuestros) y la inmigración irregular, temas donde la derecha capitalizó el miedo con propuestas de "mano dura": Kast prometió cerrar fronteras, deportaciones masivas y alianzas con figuras como Trump. Esto resonó en regiones mineras del norte y clases trabajadoras, donde obtuvo fuerte apoyo.

No es raro, esa narrativa está pegando con tubo pues la gente se cansó de los fallos de los gobiernos de izquierda progresista, tan es así que, de las elecciones del 2023 para acá, seis se pasaron o sostuvieron del lado derecho (Argentina, Ecuador, El Salvador, República Dominicana, Panamá, Bolivia y en diciembre Chile que sería el séptimo a menos que algo muy grave pase) cuyos mensajes dominan en seguridad, economía, captan voto anti-sistema. Factores comunes: voto punitivo (70% insatisfechos con democracia conforme lo explica Latinobarómetro 2024 en sus encuestas), fragmentación y temas pragmáticos sobre ideología.

En el mismo tenor, del 2023 para acá y del lado izquierdista-progresista fueron cuatro elecciones donde ganó Guatemala, México, Uruguay, Venezuela y a Chile lo descontamos. Así en total tenemos que 9 países en este diciembre quedarán en manos de la derecha, ocho de la izquierda y tres más, que son pequeños e independientes.

En 2026 habrá elecciones presidenciales en cinco países: Colombia –sale Petro pues no hay reelección--, Brasil, Costa Rica, Perú y Haití. El giro que se espera hasta el 2029 es hacia el ala conservador -progresista de derecha pues hasta entonces permanecerá Trump en el poder lo cual es tiempo suficiente para dar un giro drástico a la derecha por casi todos los países de Latam, incluyendo Venezuela, Nicaragua y por supuesto, Cuba y más cuando colocan a la cabeza sucesoria del republicano al cubano-americano Marco Rubio, actual Secretario de Estado de EU.

Trump es muy vivo. En el caso de Argentina le prometió 20 mil mdd si ganaban el poder legislativo y así ocurrió. Los argentinos buscan, como punto más importante, bajar el índice hiper inflacionario (211,4% anual) a un nivel manejable (actualmente va en 31,3% interanual, ahí la llevan), aunque persisten desafíos como la recuperación del poder adquisitivo. Será Milei en materia económica y Bukele en seguridad, los faros de Estados Unidos para atacar esos dos sensibles temas.

Y tienen su razón de ser ambos países y sus principales personajes pues sirven de ejemplo para focalizar narrativas especializadas que con fracasos demostrados de la izquierda progresista. Los discursos de los opositores y candidatos de derecha se centran primero en la inseguridad que se vive en el país, así ocurrió con los derechistas en Chile que le acarrearon el 70 por ciento de los votos al preponderar este punto y señalar que los ejércitos de malandros son extranjeros –en referencia a ciertos cárteles--, y va la promesa por delante de que serán atacados con insana furia.

En el aspecto económico, fuera del Mercosur y otros tratados comerciales, existe como tendencia el apoyo de Trump a los países que elijan la derecha como gobierno mediante inversiones dirigidas o bien, con el apoyo vía créditos que permitan emprender un camino de crecimiento a cualquier país que se coloque de ese lado ideológico. Está funcionando, al menos, insisto en Argentina. Por eso, presidentes como Petro en Colombia buscan desacreditar a un Donald Trump que sabe que la población no es tonta, y más que de izquierda, es convenenciera.

Sobre México, Trump ya volvió a sacar de la chistera el caso de la inseguridad e incluso alabó el nacimiento de un movimiento como el de los pertenecientes a la generación Z, fuera del que obtiene el Movimiento del Sombrero que no hay que perder de vista. ¿Cuánto le pueden costar a los Estados Unidos vía CIA, como en Venezuela o cualquier otra, movimientos de protesta como el del pasado sábado en el zócalo y medio centenar de ciudades más en el país?

EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.

Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…                                                                                                                                                                                                                                  

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