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2015-2021: la guerra continúa

2020-02-06 | Arturo Soto Munguía | Sección: Te%20Recomendamos

Arturo Soto Munguia

Cualquiera que haya seguido de cerca la campaña electoral por la sucesión gubernamental en 2015 recordará sin mucho esfuerzo el grado de algidez con que se disputó cada palmo del territorio sonorense.

Del brazo de un muy bien entrenado equipo de mapaches electorales, forrado con muchísimo dinero público y privado, el gobernador Guillermo Padrés no escatimó recursos de ningún tipo (incluyendo el uso y abuso de los cuerpos policiales el día de la jornada electoral) para sacar adelante la candidatura de su candidato, Javier Gándara Magaña, que inició su campaña con diez puntos arriba según algunas encuestas, 20 según otras.

En los círculos gubernamentales de aquel entonces brindaron por todo lo alto cuando los altos mandos del PRI decidieron que la candidata fuera Claudia Pavlovich. Era la segunda vez que Ernesto Gándara quedaba en el camino y Claudia aparecía como ‘la rival más débil’.

El cisma que en 2009 provocó el descarrilamiento de la candidatura de El Borrego fue capitalizado correctamente por un PAN que venía en ascenso desde 1997 y que en 2003, con Ramón Corral se quedó apenas un punto porcentual debajo de Eduardo Bours.

En 2015 ya como gobierno, los panistas apostaron su resto a que se repetiría la historia. Eso no sucedió.

Cuando le pregunté a un cercano familiar de Padrés si no había sido desmedida su euforia cuando el PRI postuló a Claudia, que terminó remontando su desventaja para alzarse con un triunfo inobjetable que les arrebató la gubernatura, la mayoría en el Congreso y varias alcaldías importantes, entre ellas la de la capital, su respuesta fue lapidaria: “es que si hubiera sido El Borrego no ganamos nada”.

¿Qué sucedió para que la alternancia, inaugurada en la gubernatura del estado en 2009 durara sólo seis años?

Muchas cosas, entre ellas y una de las más importantes, es que los personeros del ‘Nuevo Sonora’ se engolosinaron de tal forma con el dinero público (y su multiplicación en los negocios privados) que apenas en su primer año de gobierno, Padrés tuvo que regañarlos en un evento público realizado en un hotel de San Carlos, donde advirtió que la gente ya estaba hablando de los “Güichos Domínguez” sexenales y los llamó a conducirse con honestidad.

Pero como en la fábula de los cangrejos que jamás pudieron enseñar a sus cangrejitos a caminar para adelante, pues esos mismos padres caminaban para atrás, obviamente no le hicieron caso. Y como ‘chango ve, chango hace’, en los años subsecuentes se dedicaron al saqueo y en muy poco tiempo comenzaron a aparecer con más propiedades que la moringa. Rápidamente cambiaron sus ‘cuatro C’: Casas, Carros y Cul… tura.

La percepción, que finalmente es realidad, describió entonces a un gobierno profundamente corrupto y de hecho, ese fue el eje principal de la campaña de Claudia Pavlovich en su segunda mitad. El slogan “Lo bueno es que ya se van” prendió rápido y fácil entre el electorado y a la postre, terminó demoliendo la candidatura de Javier Gándara, quien por su parte nunca quiso tomar distancia del gobierno de Padrés.

En congruencia con lo ofrecido en campaña, una de las primeras acciones de Claudia Pavlovich fue la creación de la Fiscalía Estatal Anticorrupción, la integración de los primeros expedientes y, en coordinación con la PGR, la consignación y el encarcelamiento de varios funcionarios padrecistas, hasta llegar al líder de la banda, que pasó dos años en prisión.

A la fecha, todos ellos han gastado fortunas en sus defensas y enfrentan sus procesos en libertad. Salvo Pancho Platas, nadie más ha sido exonerado y siguen acudiendo a los tribunales para litigar sus casos.

Todos ellos, eso sí, acumulan una sed de venganza que los llevó a buscar una plataforma política desde la cual saciarla. El PAN al que ellos mismos llevaron a la bancarrota moral, ya no les servía en 2018 así que decidieron migrar, abierta o subrepticiamente a otra opción que les permitiera atrincherarse políticamente y conquistar espacios desde los cuales reposicionarse.

Esa opción fue Morena, donde algunos operan sin cortapisas, incluso con mayor protagonismo que los propios morenistas, y otros, acaso los más poderosos, lo hacen tras bambalinas.

El martes pasado, cuando la gobernadora mencionó en un discurso durante la entrega de certificaciones a servidores públicos en materia de transparencia, que estaba lista para las campañas de mentiras grandes y pequeñas, para lo que vendrá en la próxima campaña electoral, sin duda entre los destinatarios de ese mensaje fueron ubicados rápidamente esos personajes.

Otros identifican entre los destinatarios a los propios integrantes de su gabinete legal y ampliado que pudieran haber incurrido en la tentación de pegarle un pellizco (o una tarascada) al presupuesto. O a quienes podrían estar albergando la intención de pegarle duro al Año de Hidalgo.

Asumiendo que el gabinete estatal no está compuesto de puros querubines, hay que reconocer que no existe punto de comparación con sus antecesores Un ‘face to face’ entre secretarios de uno y otro sexenio podría resultar un ejercicio interesante en este tema, comenzando con el titular de la contraloría, Miguel Ángel Murillo, a quien difícilmente le encontrarán acciones deshonestas, pero que además se ha convertido en un ‘cuchillito de palo’ que le ha valido no pocas animadversiones.

Nada que ver con María Guadalupe Ruiz Durazo, la ‘contralora ciudadana’ de Padrés, que bien pudo asumir, al término de su cargo, la presidencia de la Asociación Estatal de Ciegos y Débiles Visuales (en caso de que exista), pues frente a sus ojos pasaron los miles de millones de pesos del fondo de pensiones del Isssteson, del FEMOT, del ISIE, de Comunicación Social, de la secretaría de Salud, sólo por citar algunos y sin enumerar los evidentes casos de enriquecimiento inexplicable en el pasado sexenio.

Para un posterior despacho, queda como tema pendiente el de la Fiscalía Estatal Anticorrupción, la gran apuesta de Claudia Pavlovich, cuyos resultados distan mucho de acercarse a las expectativas que alentaron su creación.

Por sus rendijas se han escapado muchos de los que quizás se encuentren entre los destinatarios del mensaje de la gobernadora, de los que ésta espera las campañas aludidas. Qué nervios.

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