El alto precio de mirar a otro lado
El alto precio de mirar a otro lado
PILAR ALMAGRO MARCOS, una empresaria, comunicadora, influencer y artista española, nacida en Mallorca en 1962 Es bióloga de formación, con un máster en Filosofía y otro en Economía, y se destaca como consultora internacional en temas de empresa, economía y sociedad. Forma parte de Iniciativa 2028 https://iniciativa2028.es/ una plataforma ciudadana que lucha por la dignidad y los valores que quieren destruir quienes manejan el populismo de izquierda.
De entre sus reflexiones hay una que me llamó la atención por la similitud de lo que ocurre en España y México. La subieron a Youtube en mayo pasado y la puede ver en este link: https://n9.cl/2qn8ox
Dice:
“Hoy reflexionamos sobre el precio de mirar para otro lado. Vamos a hacer un paralelismo entre Núremberg y España. En el periodo de entreguerras, Europa vivía el ascenso de regímenes totalitarios como el nazismo, el fascismo, el socialismo, lo que más tarde provocó el estallido de la Segunda Guerra Mundial entre 1939 y 1945 y, en consecuencia, el genocidio de millones de personas.
“Tras la derrota del Tercer Reich, el mundo se enfrentó a una pregunta: ¿cómo fue posible que una sociedad tan culta como la alemana permitiera pasivamente semejante barbarie? Los juicios de Núremberg, celebrados entre 1945 y 1946, no solo juzgaron a jueces, líderes políticos y militares, sino que revelaron algo mucho más profundo: la banalidad del mal, como lo denominó Hannah Arendt.
“Es decir, el mal no se presenta siempre con rostro monstruoso, sino a menudo disfrazado de obediencia, de burocracia, de silencio. ¿Nos suena? Hoy en España vivimos un momento que merece ser analizado bajo el mismo prisma.
“Un gobierno que legisla por decreto, que reforma el Código Penal a su medida, que coloniza el Poder Judicial, que infiltra a sus fiscales en el corazón de la judicatura y que ejerce, fomenta y premia la corrupción. La corrección política con indultos y amnistías. ¿Es que eso puede considerarse parte de una democracia?
“Se trata de un vaciamiento progresivo del estado de derecho. Pero lo más alarmante no es solo la acción del poder, sino la inacción de cada uno de nosotros. Como advirtió Hayek en Camino de servidumbre, los pueblos no caen en el totalitarismo de un día para otro, sino que son llevados suavecito, suavecito, paso a paso, mediante una secuencia de justificaciones utilitarias: que si es por la paz social, que, si es por la conveniencia, inclusión, igualdad, por el medio ambiente.
“Así se normaliza la excepción, se legaliza lo ilegal y se reprime al disidente, no con violencia visible, sino siguiendo la ventana de Overton con propaganda primero, luego con censura, luego con multas, inspecciones fiscales y finalmente imponiéndolo en la ley. Y mientras tanto, gran parte de la ciudadanía calla conscientemente e incluso aplaude que denigren a sus vecinos.
“Hannah Arendt dijo: "El mayor mal en el mundo lo cometen personas que no eligen el mal, no, sino que simplemente no piensan". Hoy en España no pensar y, por lo tanto, no actuar y no denunciar es una forma de colaborar con la destrucción de nuestras instituciones democráticas y de nuestra forma de vida, y de la de nuestros hijos.
“La historia ya nos enseñó lo que ocurre cuando el poder se desborda y los demás callamos. La diferencia es que entonces en Núremberg se juzgó a los responsables y hoy, ¿dónde están nuestros límites? Si cada día nos levantamos con un nuevo escándalo y el gobierno y los que le apoyan ya ni se inmutan, ¿es que no hay ni un solo diputado socialista o del PNV o de Sumar o de Esquerra o de Coalición Canaria o de Juntos o del BNG que se avergüence de pertenecer a esta banda de gángsters?
“Como explicaron Gordon Tullock y James Buchanan, premio Nobel, en el cálculo del consenso, la política no está compuesta de ángeles que buscan el bien común, sino generalmente por los peores entre nosotros que persiguen su propio interés personal. El votante quiere beneficios sin costes, el burócrata quiere más poder, maximizarlo, y el político quiere ser reelegido, algunos a toda costa.
“El problema surge cuando el diseño institucional permite que esos intereses privados se impongan sin contrapesos. Lo que ocurre hoy en España: la narrativa es que todo lo hacen, como en los totalitarismos, a favor del pueblo, del bien y del planeta, pero en realidad es para beneficio de ellos, de esa élite política que ha convertido el poder total en un fin en sí mismo.
“Como advirtió Buchanan, la política es la forma de intercambio en la que los políticos cambian favores por votos, como si fueran cromos. Y en palabras más duras, los peores llegan al poder porque los mejores no desean ejercerlo. Y hoy en España no gobiernan los mejores, no: gobiernan los peores de entre nosotros. La mayoría aún no se da cuenta de que ha votado su propia servidumbre. Abramos conciencias. Hemos de llegar al 70% de personas despiertas. El precio de mirar para otro lado es demasiado caro. ¿Estás de acuerdo?”
Sirve para la reflexión.
EN FIN, por hoy es todo, el lunes le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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