Autoritarismo competitivo
El autoritarismo competitivo, también conocido como "régimen híbrido" o "democracia iliberal", es un concepto político desarrollado por Steven Levitsky y Lucan A. Way, académicos de la Universidad de Harvard, quienes en su libro “Autoritarismo: regímenes híbridos después de la Guerra Fría” (2010) se refirieron a un tipo de régimen político que combina elementos de democracia formal (como elecciones periódicas, pluralismo político limitado y cierta libertad de prensa) con prácticas autoritarias que inclinan el terreno del juego político a favor del partido o líder en el poder, socavando la competencia justa y los principios democráticos fundamentales.
Como ejemplos tenemos a Venezuela, Nicaragua, Turquía que han transmutado a autoritarismos más cerrados mediante elecciones manipuladas y controladas, provocando la disolución de partidos políticos de oposición, inhabilitación, encarcelamiento o desaparición física de candidatos por distintas vías, centralización del poder en el ejecutivo, uso de recursos públicos para cooptar votantes, (mediante programas sociales), represión selectiva, control de medios informativos, utilizando todo lo necesario para mantenerse en el poder el mayor tiempo posible.
En México (durante el PRI, 1929-2000) el régimen descrito como la "dictadura perfecta" por Mario Vargas Llosa o (“dictadura blanda” que es un subtipo) es un ejemplo clásico de autoritarismo competitivo pues mientras permitía elecciones y la existencia de la oposición, controlaba el proceso mediante clientelismo, fraude electoral y cooptación de medios.
En el contexto mexicano actual hay varios elementos que se enmarcan bajo este tipo de régimen, aunque no se ha alcanzado el nivel de control en casos como Venezuela. Pero allí están los indicios como la elección de juzgadores, militarización, ataque, debilitamiento o desaparición de instituciones autónomas, super mayoría legislativa, sometimiento de los medios de comunicación, intimidación o descalificación de opositores, restricción de algunas libertades sobre todo enfocadas a destruir a la familia, generación de una nueva Constitución, control de la narrativa y polarización utilizando un discurso populista.
Pero México aún conserva algunos elementos que lo alejan un poco de un autoritarismo competitivo consolidado como el pluralismo político que significan el PAN, PRI y Movimiento Ciudadano que mantienen presencia en gobiernos estatales y el Congreso así como una sociedad civil activa de alguna manera y lo vemos en las manifestaciones y presiones de la comunidad internacional en vías como el T-Mec, ONU, CIDH que limitan excesos autoritarios debido a implicaciones económicas y diplomáticas.
Ahora bien, existen algunos pasos para lograr la transición de autoritarismo competitivo a dictadura tenemos:
Primero.- Por parte del régimen: captura, desmantelamiento, o desaparición de las instituciones que funcionan como contrapesos democráticos (poder judicial, organismos electorales, entes de transparencia), asegurando que no puedan limitar el poder del Ejecutivo utilizando tácticas como nombramiento de aliados leales, recortes presupuestales, cambios en las estructuras, eliminación de instituciones de fiscalización, transparencia o derechos humanos bajo el pretexto de “combatir la corrupción”.
Posible antídoto en el caso México: Para evitar este paso, la SCJN debe declarar inconstitucional la reforma judicial, (puede hacerlo pues la nueva camada de ministros entraría hasta el primero de septiembre) y la sociedad civil debe presionar mediante protestas y campañas, como las de 2024. La vigilancia del INE en la elección judicial de este domingo y días posteriores será crucial.
Segundo.- Represión, cooptación o inhabilitación de partidos y líderes opositores para eliminar cualquier competencia significativa, convirtiendo las elecciones en un trámite sin posibilidad real de alternancia mediante inhabilitaciones, acusaciones fabricadas o procesos judiciales sesgados, eliminación de registros de partidos, límites al financiamiento electoral, represión selectiva como arrestos, exilios forzados o campañas de desprestigio, así como cooptación de sectores de oposición mediante prebendas o acuerdos políticos.
En México: Aunque la oposición (PAN, PRI, MC) sigue activa, el discurso de Amlo y Sheinbaum ha buscado deslegitimarla como "moralmente derrotada" mediante encuestas a modo preponderando que Morena ya ganó. Para evitar este paso, los partidos opositores deben unificarse, articular una agenda alternativa y movilizar a los votantes en elecciones intermedias (2027). La sociedad civil debe denunciar cualquier intento de inhabilitación o acoso tal y como ocurre en los casos de figuras como Claudio X. González.
Tercero.- Control total de los medios de comunicación convirtiéndolos en herramientas de propagada o silenciándolos por completo mediante compra o cierre, presiones económicas o retirada de la publicidad oficial, censura directa o indirecta como leyes que regulen redes sociales o castiguen la "desinformación" y afectación de género, asimismo preponderando el acoso a periodistas mediante campañas de desprestigio, amenazas o violencia selectiva así como la creación de un monopolio mediático estatal o progubernamental.
En México: Aunque los medios independientes aún operan, el gobierno ha canalizado publicidad a simpatizantes y descalificado a críticos en las "mañaneras". Para evitar este paso, los medios deben diversificar sus ingresos y la sociedad debe apoyar a organizaciones como Artículo 19. Las propuestas de regulación de redes sociales deben ser rechazadas.
Cuarto.- Intensificación de represión para eliminar cualquier forma de resistencia, incluyendo ONG, sindicatos, movimientos estudiantiles, colectivos y activistas prohibiendo o disolviendo organizaciones civiles mediante leyes restrictivas, vigilancia masiva, arrestos arbitrarios o desapariciones o bien, uso de las fuerzas de seguridad para reprimir protestas para tener una sociedad fragmentada, un ejército o policía leales al régimen y la ausencia de presión internacional.
En México: Las protestas contra la reforma judicial en 2024 muestran una sociedad civil activa, pero el creciente rol del ejército en tareas civiles (como la Guardia Nacional bajo la Sedena) es un riesgo. Para evitar este paso, las ONG deben formar coaliciones amplias, y la comunidad internacional (ONU, CIDH) debe monitorear violaciones a los derechos humanos.
Quinto.- El régimen asegura la lealtad absoluta de las fuerzas armadas y policiales, utilizándolas para reprimir disidencia y consolidar el poder mediante nombramiento de militares leales en puestos clave de seguridad, de igual forma promoviendo el aumento del presupuesto y privilegios para las fuerzas armadas y el uso de las fuerzas de seguridad para intimidar a opositores o reprimir protestas.
En México: La transferencia de la Guardia Nacional a la Sedena (2022) y el rol del ejército en tareas civiles (Tren Maya, aduanas) son señales de militarización. Para evitar este paso, el Congreso debe limitar el rol del ejército a funciones de seguridad nacional, y la Auditoría Superior de la Federación debe fiscalizar su presupuesto.
Sexto.- El régimen altera la constitución o las leyes para eliminar límites a la reelección, extender mandatos o consolidar el control político mediante la creación de instituciones paralelas leales al régimen, como asambleas constituyentes, modificando las reglas electorales o diseñando fraudes cibernéticos.
En México: ¿"c'est fini"? (¿Se acabó?, ¿se logró este paso?
Séptimo.- Dominación de sectores clave de la economía para financiar su maquinaria política y cooptar a la población empleando el clientelismo mediante la nacionalización de industrias estratégicas (petróleo, energía) para controlar recursos, uso de programas sociales como herramienta de coerción electoral y marginación de empresarios independientes que no apoyen al régimen conformando una economía dependiente del Estado y una población vulnerable que dependa de subsidios.
En México: Lo ideal es combatir esto con presión sobre el INE para que sancione el indebido uso de recursos públicos y los medios deben denunciar el clientelismo.
Octavo.- Ignora o desafía las críticas internacionales, consolidando su poder interno al costo de aislarse globalmente rechazando a organismos internacionales (OEA, ONU) que critiquen violaciones a los derechos humanos, promoviendo regímenes autoritarios (como Cuba o Rusia) para contrarrestar la presión democrática y uso de un discurso nacionalista para justificar el aislamiento.
En México: El hecho es que la integración al T-MEC y la relación con EU y Canadá limitan este paso, pero el apoyo de AMLO y Sheinbaum a regímenes como Cuba y Venezuela genera preocupación. Para evitarlo, México debe mantener su compromiso con tratados internacionales y responder a las críticas de la ONU y la CIDH.
En fin, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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