Plan B ó C

A ESTAS ALTURAS del partido la presidenta Claudia Sheinbaum ya comprendió que entró al peligroso juego de las vencidas con un Trump irrespetuoso de las formas, incumplido con lo que dice y hace y sobre todo, un personaje en el cual no se puede confiar.

Diferentes analistas mencionan que mañana dará a conocer el incremento a los aranceles de algunos productos mexicanos y que para el dos de abril habrá otra tanda alegando que tanto México como Canadá han mostrado avances significativos en el combate al tráfico de fentanilo, pero que se esperaba un mayor esfuerzo. https://n9.cl/dioor

Incluso, hace cuatro días hubo una mini cumbre de los funcionarios pares de seguridad tanto de México como de EU que no provocó ninguna sensación de satisfacción en el presidente, seña inequívoca de que los únicos chicharrones que truenan son los de Trump, no de sus subalternos.

Si la política de la presidenta sigue como hasta el momento, de seguir cumpliendo cualquier capricho del presidente para que no incremente los aranceles, no habrá narcopresos que alcancen, ni detención de migrantes que satisfagan la pretensión ejecutiva.

Lo que ha demostrado Trump es que actuará conforme le amanezca el día y no le ha ido bien luego del affaire con Zelenski o la levantada de faldillas que le dio Macron. Pero es dueño de los bats, pelotas, guantes y hasta del estadio, así que habrá que ver el vendaval que va a desatar y quiero imaginar en buen plan, que Sheinbaum ya tiene preparado un plan b y un c.

Hay que dejar en claro que los funcionarios del gobierno federal, incluyendo a Sheinbaum, no tienen idea de qué quiere exactamente Trump. Hay amenazas, coqueteos y acciones queda bien, pero no se sabe a ciencia cierta los objetivos específicos que desea el presidente y mientras siga así, será difícil llenarle el ojo.

Tanto Ebrard como Harfuch ya saben lo que es doblarse y el mecanismo se lo enseñaron a una presidenta que a estas alturas se encuentra indecisa en seguir con el mismo juego o cambiar a una estrategia más agresiva y soltarle los perros aflojando algunas de las medidas que ha tomado en torno al control de migrantes o de productores de fentanilo lo cual no deja de ser una apuesta muy riesgosa.

En las dos vertientes de ataque, la de Trump o la de Sheinbaum, México como país lleva las de perder. Son igual de rudas y pagaríamos el pato miles de mexicanos que para el miércoles podríamos avizorar la posibilidad de quedarnos sin chamba ante una caída económica cuyo indicador inicial será el incremento en la fluctuación peso – dólar.

Tal vez y solo tal vez, una buena medida sería echar mano de todos aquellos mexicanos que tienen algún tipo de cercanía tanto con Trump o con integrantes de su familia –incluyendo a Verástegui--, a quienes hace caso el anaranjado o bien, buscar mediante diplomacia oportuna –aquí entrarían todos, desde Alito Moreno, Ricardo Salinas, etcétera--, para incidir con integrantes del resto del gabinete gringo para bajarle dos rayitas a la amenaza presidencial. Lástima que López Obrador dividió tanto al país que será difícil unir esfuerzos ahora que se requieren.

Conocido es que el incremento arancelario tampoco favorecerá a EU que con tal medida provocaría tal cantidad de desempleados que, como nube de mosquitos, se convertirían en los nuevos candidatos mexicanos a migrantes dispuestos a jugársela y cruzar el muro o el río Bravo.

¿Y qué tal si en una de esas locuras de juventud, Sheinbaum recurre a la protesta y se planta frente a la Casa Blanca gritándole sus verdades a Trump?... experiencia ya la tiene pues como estudiante de la Universidad de Stanford (por allá en los noventas), protestó en una manifestación pública contra la “dictadura” de Salinas de Gortari. Claro, hay que desechar que saque por delante sus antecedentes de guerrillera y su pertenencia al M-19 de Colombia pues llevaría las de perder.

Pero un poquito más en serio: ¿y si la vemos interceder personalmente ante legisladores demócratas y republicanos para pedir clemencia o respeto como vecinos y socios comerciales?... pudiera ser. Bien dicen que el enfermo terminal a todas va. Quien quite y pega el chicle. Vaya que llamaría la atención y foco del mundo que a final de cuentas es lo que pudiera darle el sustento de lucha que requiere.

Suena inverosímil, pero qué tanto es tantito.

Muy bien, hagamos la mota y la actuación porril a un lado para ver que la lógica indica que surgirá una cumbre entre ambos gobernantes toda vez que una llamada telefónica no es suficiente. Lo ideal sería que se reunieran en un terreno neutro pues ya vimos lo que pasó con Zelenski en la Casa Blanca y con Macron en el Palacio del Eliseo en Francia y más con los antecedentes de barbaján que caracteriza a Trump en su trato con las mujeres.

Sheinbaum tendrá que sacar la casta y quitarse de encima a tanto asesor incómodo, impertinente, sin experiencia en este tipo de lides y bueno para nada que le habla al oído y le causa ruido. Requiere de expertos en negociación. Ojalá los tenga.

EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.

Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…                                                                                                                                                                                                                                  

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