Barruntos de tormenta…
POSIBLEMENTE LA presión de Trump en el combate al fentanilo logre su propósito y reduzca en el corto plazo su introducción a suelo norteamericano. Incluso hay posibilidades de que con el uso de su poderoso ejército venza o elimine a los jefes de la mafia y hasta encarcele a todos aquellos funcionarios públicos, empresarios, familiares que conforman los círculos de poder detrás del narcotráfico.
Puede lograr reducirlos, maniatarlos e incluso doblegarlos financieramente pero el mal no va a desaparecer y, pues aun y cuando haya logrado su propósito, en el impasse del reacomodo de los nuevos liderazgos, México vivirá una fase de crimen que las actuales cifras de homicidios se quedarán cortas.
Según el Índice Global de Delincuencia Organizada, México encabeza la lista de los países donde el crimen organizado tiene mayor control y predominio. Le siguen Colombia, Italia, Venezuela, Haití y Somalía.
Las causales del incremento tienen su origen, conforme a su importancia, en los factores de pobreza y desigualdad, corrupción e impunidad, falta de acceso a la educación, conflictos políticos y sociales, demanda de drogas en el mercado internacional, el tráfico de armas y la globalización que ha facilitado la operación de las organizaciones delictivas en el mundo.
Entre los países que han logrado minimizar esta situación en un corto plazo, se encuentran Suecia, Suiza, Japón, Holanda, Luxemburgo, Argentina (cuya tasa de homicidios dolosos ha bajado a 4.2 por cada cien mil habitantes), Costa Rica, Uruguay, Chile y El Salvador. Lo han logrado gracias a la prevención, rehabilitación y cooperación entre las fuerzas del orden y la comunidad, así como el contar con un sistema judicial eficiente y su fuerte aplicación de la ley.
Conocido es que la estructura de las mafias mexicanas emplea a cerca de 200 mil personas entre líderes o capos, lugartenientes, sicarios, narcomenudistas, financistas, transportistas y correos que son personas que transportan dinero y mensajes entre diferentes niveles del cártel.
Ponemos un asterisco en el caso de los jóvenes menores de 17 años, pues según diferentes publicaciones son reclutados hasta 30 mil al año y su labor consiste en convertirse en narcomenudistas, extorsión, sicariato, tráfico de armas, guardias de seguridad y correos. Se calcula que 4 millones de niños y adolescentes están en situación de riesgo de ser reclutados debido a factores como la pobreza y la falta de acceso a la educación. Hay están las futuras generaciones de próximos carteles.
El narco se ha encargado de conformar una cultura laboral con escasa rotación de personal. Incluso, estos chamacos introducidos en la maña, obtienen ganancias diarias entre 250 y 500 pesos con lo cual se vuelve prácticamente imposible que puedan regresar a su vida anterior aún y cuando son reclutados a la fuerza lo que implica otro tipo de adiestramiento más violento.
Siete de cada diez provienen de entornos de violencia intrafamiliar, abuso sexual, físico o sicológico; seis de cada 10 chamacos que cometieron delitos graves crecieron en comunidades con altos índices de violencia y criminalidad, lo que contribuyó a la normalización de conductas delictivas y siete de cada 10 son reclutados a través de manipulación sicológica, ofreciéndoles dinero, pertenencia a un grupo o amenazas de violencia hacia ellos o sus familias.
Conforme al documento Mecanismos estratégicos de reclutamiento y utilización por grupos delictivos, las zonas con mayor índice de reclutamiento son Baja California, Colima, Chihuahua, Ciudad de México, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Zacatecas. https://goo.su/pGter2
La jerarquía de las estructuras permite un eficiente trabajo donde las órdenes no se discuten y se conforman dentro de la organización, grupos internos de poder reducidos en número pero que, al momento de faltar el capo mayor suelen conformar a su vez bandas que ya conocen el caminito de tal forma que se calculan en México un número de 500 que per se utilizan la mitad del personal total, es decir, cerca de cien mil personas, según datos públicos.
Y es aquí donde el gobierno federal no le encuentra la cuadratura al círculo pues en caso de que Trump logre su propósito de eliminar a los capos, el reajuste implicaría un movimiento violento por apoderarse de la jefatura en la parte alta de la pirámide, en la intermedia habría enfrentamientos conforme a los nuevos liderazgos surgidos y en la parte baja se estaría a la espera de los tiempos y ver quien paga más para tomar partido.
En este contexto los carteles rivales aprovecharían para ganar territorio en río revuelto y reclutar a personal inconforme. A su vez, si la estrategia de Trump continúa, lo más seguro es que las grandes organizaciones decidan disgregarse en bandas que, para sobrevivir financieramente, deberán realizar más actos dolosos para mantener la nueva estructura y el pago por utilizar territorios y las nóminas de protección.
Es aquí donde el rechinar de dientes de la población se volverá más estruendoso e implicará entrar en un estado de sitio donde los militares y las policías, si no responden como ha ocurrido en el sexenio anterior y tímidamente en este, entraremos a una etapa más sangrienta.
Y todo pinta que para allá vamos pues los ejes del combate de Sheinbaum buscan, entre otros, combatir la impunidad para lo cual se requiere un poder judicial y ministerial fortalecido y no se ve que se logre el objetivo.
Bukele logró en El Salvador registrar una tasa de homicidios de 2.4 por cada cien mil habitantes, (hubo un año sin homicidios), reduciendo la violencia, operando contra las pandillas, reformando el sistema penitenciario, implementando un enfoque integral combinando medidas de seguridad con programas sociales y económicos, apoyándose en la cooperación internacional, entre estos EU, poniendo a los presos a trabajar tanto en la reestructuración de infraestructura como en bienestar comunitario, entre otros puntos. https://goo.su/Rek8s7
La estrategia de Sheinbaum es de funcionamiento lento pues la demanda de drogas, sobre todo en EU, rebasa sus expectativas de mejora, así como la grave corrupción e impunidad, la falta de coordinación con EU, sus recursos son limitados y afecta el contexto político y social sostenido en un régimen presidencialista, con un país donde la desigualdad y pobreza no aminora por más programas sociales creados, no baja la violencia y delincuencia y la participación ciudadana está apagada, aunado al globalismo sobre todo en materia económica. Ah, Trump no le cree a Sheinbaum en su esfuerzo de combate al crimen.
Poco a poco se acercan barruntos de tormenta sobre México.
EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…
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