Política del miedo…

2025-02-06 | Armando Vásquez A. | Columna Archivo Confidencial
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LAS ACCIONES DE TRUMP pegan directamente en la gobernabilidad y gobernanza de México y de otros países. Se veía venir. Si tomamos en cuenta que los gobiernos miden a las organizaciones o personajes en base al daño que pueden causar y sus posibles consecuencias, en ese sentido la vara del presidente estadunidense está muy alta y alarmantemente peligrosa.

Las felicitaciones de mandatarios extranjeros –políticos colmilludos--, a Sheinbaum por su actuar y el mes de gracia logrado contra los aranceles, suenan ahora como advertencias disfrazadas y alimentación del ego para que siga picándole las costillas para observar y medir el límite de resistencia del presidente gabacho, así como calificarlo y visualizarlo conforme a sus estrategias de acción.

Sheinbaum lo que logró fue demostrar que es vulnerable en su dureza y Trump, le otorgó 30 días de zozobra constante que hará temblar las piernas de quienes manejan cualquier tipo de poder en México. Y si a eso le sumamos la “repentina” demostración de fuerza con su avión espía y sus barcos militares en y poco más allá del mar de Cortés, la ecuación toma lógica.

Tiene razón el senador Manlio Fabio Beltrones, guste o no, quien hizo un llamado a la unidad que de manera natural debe encabezar la presidenta pues estamos en un momento crítico en el que el país puede sufrir y México es de todos.

Para contextualizar el tema hay que irnos al librito y embonar los conceptos de gobernabilidad y gobernanza.

La primera se refiere al conjunto de factores y condiciones que determinan la capacidad de un Estado para ejercer el poder de manera efectiva y responder a las demandas sociales así como garantizar el orden, estabilidad, generar confianza, legitimidad, ofrecer los servicios que satisfagan las necesidades y expectativas de los gobernados con herramientas como las políticas públicas eficaces, participación ciudadana, mecanismos de rendición de cuentas para que la sociedad controle y supervise la acción gubernamental preponderando el estado de derecho, protección a los derechos humanos, transparencia e integridad en la gestión pública de manera interna y ante organismos internacionales.

Una crisis de gobernabilidad ocurre cuando los líderes y las instituciones gubernamentales no pueden mantener la estabilidad política y social en un país o región como ocurre en diversas partes, sobre todo en la emblemática Sinaloa.

Esto puede ocurrir por diversas razones, como la corrupción, falta de recursos, limitado liderazgo efectivo, polarización política, violencia, entre otros factores y propiciar protestas masivas, disturbios, inestabilidad económica, desconfianza en las instituciones gubernamentales, una sensación generalizada de descontento entre la población y como cereza el o los asesinatos políticos. Por ello su resolución requiere medidas significativas y cambios políticos, económicos y sociales de gran envergadura.

La gobernanza se refiere a cómo se toman y se implementan las decisiones en una sociedad, organización o comunidad. Es un proceso en el que se involucran diversos actores y se consideran múltiples intereses y perspectivas o niveles desde el local hasta el internacional, y puede abarcar temas como la política pública, económica, medio ambiente y orden social en general.

En un proceso de gobernanza los actores relevantes (por ejemplo, líderes políticos, expertos, grupos de interés y ciudadanos) se involucran en la toma de decisiones, así como en la implementación de políticas y programas. Además, son incluyentes y participativos para lograr soluciones consensuadas y sostenibles a problemas complejos. También se enfocan en mejorar la eficacia y eficiencia de la toma de decisiones y en garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en el proceso.

Aunque a menudo se utilizan indistintamente, gobernanza y gobernabilidad, pero son dos conceptos diferentes desde el punto de vista de la política y la gestión pública.

Mientras que la gobernabilidad se enfoca en el resultado y efectividad del gobierno, la gobernanza lo hace en el proceso y la colaboración entre los actores. Es decir, la gobernanza es un enfoque más amplio que incluye la gobernabilidad como uno de sus elementos.

En conclusión, la gobernabilidad democrática se refiere a la capacidad del Estado para gobernar, mientras que la gobernanza se refiere al proceso de toma de decisiones y colaboración entre actores gubernamentales y no gubernamentales.

Que la 4T y sus acciones peguen directamente en ambas características de gobierno es otro tema multifactorial que amerita otro análisis. El hecho es que esta nueva zozobra pegará con mayor fuerza en la falta de inversiones en México que por cuarto mes consecutivo van a la baja y con ello se han perdido miles de futuros empleos.

Si Donaldo Trump arremete contra los laboratorios clandestinos productores de fentanilo en Sinaloa, como todo indica que ocurrirá, por más quirúrgica que sea la acción, quedará ante el mundo como un personaje con una calidad de palabra baja y ello le traerá repercusiones serias con otros países del mundo a la hora de las negociaciones, por ello es sostenible la hipótesis de que la demostración de su poder militar es suficiente para establecer paradigmas desestabilizadores del actual gobierno.

Sheinbaum y su equipo saben que están rebasados y que sus estrategias –como preferenciar el consumo de productos hechos en México o la apagada amenaza de elevar aranceles a los gringos--, son meros paliativos comunicacionales. Los empresarios también lo saben. Pero mientras la política del miedo sea la constante, en nuestro país la producción irá a la baja afectando a todos en los diferentes contextos del día a día.

Lástima que Claudia Sheinbaum ve esto como una oportunidad para consolidar su segundo piso y aceleró las transformaciones a la Constitución e impuso su férrea voluntad ahora que puede pues luego del tres de marzo el panorama cambiará para bien o para mal.

Y no crea que Trump rescatará a México del chairo power, pues su política es primero EU y en ese tenor se entiende el acuerdo que tuvo con el dictador Nicolás Maduro quien se muestra feliz, feliz, feliz a quien le resultó la jugada/petición de hacerse cargo de los presos que le quiera mandar el republicano.

EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.

Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorando en Administración Pública. Es director de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de “CEO”, Consultoría Especializada en Organizaciones…                                                                                                                                                                                                                                  

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