Confusión

2024-02-15 | Samuel Valenzuela | Columna
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ENTRETELONES, POR SAMUEL VALENZUELA O.

Deben estar muy fuertes los jaloneos entre liderazgos del partido oficial en la definición de candidaturas, trámite en el que se les percibe incertidumbre sobre los resultados el 2 de junio, lo cual deriva en arrebatos y en aparentes ocurrencias que desde nuestra perspectiva no tienen pies ni cabeza.

La verdad es que no acabamos de creer que a la fórmula al senado del partido oficial en Sonora, Lorenia Valles y Heriberto Aguilar, les haya salido sayo, además de Manlio Fabio Beltrones y Lilly Téllez, ya que como si fuera una demostración de nado sincronizado este miércoles corrió como gran fuga de drenaje la versión respecto a que el Partido Verde en alianza con el PT, postulará o postuló para esa posición a Omar del Valle Colosio y a Célida López.

ESabe a quien se le pudiera ocurrir fragmentar el voto oficialista mandando al ruedo a un par de partidos cuyos membretes solo obtienen espacios y tienen registro porque los partidos madrinas le regalan porcentajes de votación y además, del Valle Colosio dejo de ser verde ecologista con una salida nada honorable y pues la Célida nada que ver con tales partidos.

Como sea, pueden hacer lo que les venga en gana y poner en candidaturas a quienes les plazca, quedando pendientes el que se confirme tal estrategia que también recompone, según esto, las candidaturas a diputaciones federales por los distritos 03 y 05, en donde se manda a la lomo de liebre Diana Karina Barreras y a Jacobo Mendoza, en un contexto de dudosas perspectivas, además de dejar en la orfandad a María Dolores del Río Sánchez, candidata a la alcaldía de Hermosillo y quien se decía llevaba como síndico al mentado Jacobo, en un desbarajuste de regulares dimensiones.

Sabemos de la tensa interacción entre el gobernador Alfonso Durazo Montaño y Heriberto Aguilar que tuvo mayor relieve en una reunión privada el sábado pasado con Claudia Sheinbaum, sin que tuviéramos idea de las razones, pero que a la luz del mitoteo de este miércoles, nos da motivos para elucubrar que esta alocada versión del verde con fórmula al senado en Sonora, podrían ser las consecuencias de tal desencuentro, pero como decíamos, desde nuestra perspectiva se nos figura una jalada la obvia estrategia de fragmentar el voto por el oficialismo.

De concretarse esa confusa maniobra, no se ve como podría la mancuerna verdolaga competir y sobre todo ganarle a la fórmula opositora y a lo único que pudiera aspirar es mandar al cuarto lugar a la postulada por Movimiento Ciudadano, con el riesgo de que la Lorenia y Heriberto sean las principales víctimas de la división del voto oficialista y ahí sí, el de Guaymas se quedaría sin el cuadro y sin la estampa como hipotético castigo por sus desbarres en la comentada reunión privada del sábado.

Este despiporre en las definiciones del oficialismo de las fórmulas federales, ya se extiende en los casos de las candidaturas distritales y municipales, donde proliferan versiones sobre fuerte inconformidad de sectores de su militancia por la tendencia de perfilar a personajes sin identidad con la lucha social de izquierda y prácticamente recién cooptados de otras organizaciones partidistas.

Resulta natural su malestar por ser desplazados y no satisfacer aspiraciones largamente acariciadas y a las que le pusieron alma, corazón y bofe, además de sacrificios durante muchos años y ahora no solo no les tiraron con un hueso desde instancias de gobierno, sino que también se quedan como el chinito viendo como sus otrora adversarios y muchas veces victimarios son encumbrados en puestos en la burocracia y en candidaturas.

Tenemos la percepción que tal tendencia obedece al pragmatismo porque el romanticismo ideológico en las definiciones de candidaturas no necesariamente gana elecciones, dejando ver además que el partido oficial carece de cuadros competitivos y por eso la necesidad de recurrir a la derecha, a la ultraderecha y a segmentos sociales conservadores proempresariales, históricamente neoliberales y enemigos de las luchas progresistas, pero cuyo oportunismo los llevó a sumarse al proyecto del gobernador Durazo Montaño y a como lucen las cosas, se van a tener que aguantar quienes desde la llamada izquierda histórica plegada a MORENA exigen ser tomados en cuenta.

Desde nuestro punto de vista, luce un despropósito el pragmatismo morenista en el caso de Caborca al postular para la reelección a Abraham Mier y más en estos tiempos cuando se despliegan esfuerzos en contra de bandas del crimen organizado.

Al menos en el caso de Cajeme nadie podría cuestionar la trayectoria de Javier Lamarque en la izquierda y ello respalde la propuesta de su reelección, que su incompetencia y limitaciones intelectuales son otra cosa.

En mejor onda, este espacio se suma al reconocimiento a quien corresponda, porque a pesar de las grandes multitudes que atiborraron a Guaymas y San Carlos hubo saldo blanco durante las fiestas del carnaval, festividad a la que nos fue imposible acudir por razones de pesos y centavos, pero que dimos seguimiento a distancia por muchos afectos que tenemos por esos rumbos.

Excelente el entorno de la alcaldesa Karla Córdova al sumar otro batazo largo por la alta calidad y eficaz organización del carnaval ya concluido, y de la continuidad del flujo de recursos federales para la ejecución de obras de infraestructura que potenciarán el desarrollo económico de la región.

Y como complemento a esa tendencia tan positiva, trascendió el resultado de la encuesta y medición interna de MORENA para definir la mejor propuesta para la alcaldía porteña y no nos equivocamos cuando prospectamos ya hace meses que iría por la reelección con evidentes posibilidades de sumar otros tres años al frente de la comuna.

Dos a uno superó al pretenso secretario de la comuna, Celestino Sarabia, quien deberá conformarse con la suplencia a la diputación federal por el distrito 04 haciendo fórmula con Ramón Flores Robles, lo que resulta como un premio de consolación ya que tampoco le alcanzó para ir por la diputación local por el distrito XIII local, en donde seguramente Sebastián Orduño irá por la reelección.

Quienes dicen saber cómo masca la iguana en esa jurisdicción electoral, nos hacen saber de lo empinado de la ladera para la oposición agrupada en la Coalición Fuerza y Corazón por Sonora, citándose como eventuales contendientes a la alcaldía a Rogelio Sánchez y a Otto Claussen o de entre ellos repartir la candidatura a la presidencia municipal y a la diputación local por el XIII Distrito.

En fin, el electorado guaymense es muy díscolo y es impredecible en cierta forma y así lo dejan ver los resultados de elecciones a partir del 1996, por lo cual la doctora Córdova no debe confiarse porque en MORENA persisten simientes tribales.

Mientras tanto, desde la ciudadanización de los organismos electorales por allá a fines de 1990 con la creación del Instituto Federal Electoral y su transición al Instituto Nacional Electoral en el 2014, nunca como ahora dicha normatividad ha sido tan pisoteada.

Y ese zapateado es perpetrado por la causa y origen del nacimiento de todo un marco jurídico para que los gobiernos en turno dejaran ser juez, parte y razón de la antidemocracia; para propiciar el ejercicio libre del voto y respeto a la voluntad popular y a la postre que México viviera la primavera de la pluralidad política y la alternancia

Ya va a ser un año de entrar en suspenso ese proceso que parecía irreversible al concretarse el golpe de mando con el nombramiento de la sonorense Guadalupe Taddei en la presidencia del INE y culminar una embestida maquinada en las alcantarillas de Palacio Nacional desde antes de la elección del 2021.

Vamos a reconocer nuestra confianza de inicio respecto a que en la gestión de la de Cananea, por sobre sus afinidades políticas e ideológicas, se impondría su profesionalismo y su formación por su largo tránsito en instancias electorales, resultando lamentable en lo que vino a quedar la respetada dama.

Desde 1990 a la fecha por supuesto los presidentes en turno han pretendido meter su cuchara e incidir en el electorado hacia tal o cual propuesta, pero por lo regular tales conductas fueron acotadas por el IFE y luego el INE, obligando a mapaches a la creatividad para evitar sanciones.

En estos tiempos de regresión de la legalidad no puede ser más desfachatada la impunidad del principal delincuente electoral, confeso delincuente electoral, quien casi todas las mañanas lanza consignas, ataca a la oposición, promueve las causas de su partido y sus liderazgos, para personificar la mayor amenaza a la democracia mexicana en los últimos 100 años o más.

Evidente el cruzado de brazos en el INE frente a las marrullerías de Andrés Manuel López Obrador convertido en jefe de campaña de su títere Claudia Sheinbaum, atreviéndose a confesar abiertamente que su paquete de reformas constitucionales es mera propaganda electoral.

Este sujeto está peor que aquella chachalaca que mandó callar en la elección del 2006, cuando el entonces presidente Vicente Fox buscaba la forma de apuntalar tendencias favorables a su candidato Felipe Calderón y el ahora inquilino de Palacio Nacional se asumía como abanderado de la legalidad y exigía mano dura a las autoridades electorales contra la intromisión del gobierno.

Al INE se le acaba el tiempo para reivindicarse y someter al orden al delincuente electoral que despacha en Palacio Nacional; que dispone de ilimitados recursos financieros del erario para pagar a sus hordas denominados “siervos de la nación” que hacen activismo en favor del partido oficial, además de repartir carretadas de dinero público para comprar votos.

Está además el gobernador de Nuevo León, Samuel García, quien en su nivel de mamarracho embrutecido por sustancias tóxicas, cumple su función de esquirol al servicio de MORENA, con frecuentes mensajes que obviamente violan la normatividad electoral, y si el INE no se atreve a actuar contra ese sonso, mucho menos lo hará en el caso del presidente.

En fin, luego de sostenido avance durante más de 30 años, la democracia en México nunca había sufrido tal asedio y nunca había estado tan en riesgo, y en verdad quisiéramos creer que en el INE, Lupita y compañía están en genuino agobio buscando la forma de meter orden y de pronto darnos la sorpresa de que no están de adorno y como simples espectadores del zapateado de López Obrador sobre la normatividad electoral.

Por lo pronto López Obrador luce conmocionado por su incapacidad de desviar la atención respecto al remoquete convertido en tendencia mundial que lo ubica como aliado del narcotráfico, estigma indeleble que al igual que la corrupción de sus hijos y círculo cercano, serán imposible de erradicar y marcarán para siempre su fallida gestión presidencial.