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La 4T no sabe lo que es una mesa de construcción…

2020-07-02 | Armando Vásquez A. | Sección: Principal

A QUIENES INTEGRAN y son los hacedores de la cuarta transformación, están frente a un fenómeno que casi todos aún no alcanzan a vislumbrar y contados con la mano, a los más pensantes, --como Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard--, ya les cayó el veinte.

¿Qué pasa cuando ganas todas las batallas?, ¿cuándo ya no hay enemigos enfrente?... la lógica indica que o una de dos, los creas para seguir funcionando como organización combativa o bien, empiezas a crear mesas de construcción para iniciar una nueva etapa de vida, en este caso del país. ¿Y si destruyes todo?, pues lo que procede es instalar la mesa de reconstrucción que es un tema que amerita una columna entera de análisis.

El detalle es que si el presidente Amlo y todo su séquito fueron educados en la teoría y en la praxis utilizando todo tipo de herramientas destructoras, ¿cómo hacerle ahora para que su talento destructivo transmute a lo constructivo?

Cerebralmente no es fácil.

El presidente Andrés Manuel López Obrador no sabe cómo hacerlo y la prueba tangible es que en su frenesí de destrucción acaba con todo aquel ente público bajo el amparo del combate a la corrupción, sin vislumbrar los pros, contras, las afectaciones positivas y negativas de la decisión para la gente, sin análisis antes, durante y después del accionar de sus herramientas de cambio, de allí el desatino de sus decisiones y las heridas abiertas que ha ido dejando.

Y la justificación es la búsqueda de la cuarta transformación. A dos años de que Morena y Amlo ganaron todo el poder, su labor destructiva está por terminar, le quedan pocas, muy pocas instituciones a destruir: INE, INAI, el STJN ya casi está en sus manos, está por lograr manejar a su arbitrio el presupuesto, de lograr esto lo que le queda le restará será juego de niños.

Destruidas las instituciones, doblegados los conservadores presentes y del pasado, maniatados los partidos políticos de oposición, amarradas las manos de las familias mexicanas vía legislaturas, apocadas las soberanías estatales con los cambios a la Constitución, apoderados de la milicia mediante el enriquecimiento de sus mandos altos y medios ¿qué más les queda?

¿Reconstrucción?

Detesto ser tan negativo pero dudo que sepan hacerlo pues se requiere de hombres visionarios, personajes que analizan y convierten en laboratorios el mundo en lo general y estudian lo que ocurren en los países en lo particular para, de cada uno de esos espectros, utilizar lo que funciona en bien de México.

¿Lo llegaremos a tener?... No creo pues no es una prioridad, ni lo será. Ya lo hemos visto con el cierre de las fronteras a las nuevas corrientes económicas, sociales, tecnológicas y de políticas públicas que nos rodean.

Un ejemplo claro lo tenemos en la educación donde, por ejemplo un país como Finlandia está considerado a nivel mundial como el primero, pero ¿se es feliz en una nación que vive a menos de cero grados centígrados la mayor parte de su vida?, ¿los niños encerrados en sus casas, qué más pueden hacer si no es estudiar como parte de su rutina de juegos?...

¿O Japón, donde el nuevo sentido académico va encaminado al aprovechamiento de las ciencias humanitarias y con ello bajar el índice de suicidios así como rasparle a su sistema autoritario vivido bajo un régimen militar de tantas décadas y que tanto reforzaron mentalmente luego de que al perder la segunda guerra mundial les prohibieron tener un ejército?

¿A dónde va México con su educación?, ¿acaso al adoctrinamiento que requiere la 4T?... por supuesto.

¿A dónde vamos como país?

Esa es la gran pregunta pues a dos años de obtener el triunfo Morena como desfogue del coraje del mexicano al perder la esperanza en los regímenes neutrales –PRI--, de derecha –PAN—o los nuevos –MC, PVEM, PESP--, aun no definidos y un PRD perdido en su historia de divisiones internas, cierto es que aún no se ve rumbo de mejoría para nuestro país.

Habrá que entender que los hombres considerados estadistas se hacen, no nacen, y hay que comprender que en su conformación como tal se rodea de las mejores mentes que les guía, aconseja y educa con visión de corto, mediano y largo plazo. Esto es un punto que el presidente López Obrador no entiende y por lo cual pasará a la historia como quien en dos años destruyó lo construido en décadas.

La justificación más cómoda para un mandatario como López Obrador es que la conformación de la cuarta transformación es un proyecto de largo plazo, en el entendido de que requiere de una generación –veinte años—para que funcione y la mente de los mexicanos aun no nacidos, se forje y vivan conforme a lo que tengan, así sea pobreza extrema.

Por eso la crítica a Cuba y Venezuela que con tantas décadas de tiranía tienen a la población maniatadas mentalmente y se les acabó la capacidad cerebral para buscar el cambio por sí mismo, de allí que si quieren transformarse deberá venir de fuera la fuerza que impulse y quite esa dictadura como ocurrió con Bolivia –a Evo le faltaron unos años--, donde el golpe de estado de los militares estuvo acompañada de estrategia y apoyo gringo.

Los nuevos mexicanos que nacieron hace dos años, de seguir este sistema sin equilibrios políticos, vivirán dentro de tres sexenios un modelo mental encadenado, sin la capacidad de buscar cambios de mejora pues dejarán de tener conceptos libres, de alto impacto para el país. Serán domados y castrados de pensamiento desde su ingreso al quinder.

Las bases ya están puestas, de ahí tanto cambio en las leyes pues los actuales sostenedores de la 4T saben que en diez o quince años morirán en su mayoría y serán reemplazados por otra generación de gobernantes que tienen su razón de ser en esas nuevas leyes difíciles de erradicar.

¿Y quiénes se opondrán a ellos en el futuro, en diez años más?... los hijos de los matrimonios considerados de clase media, (los ricos cambiarán de país), por eso la idea de maniatarla, desaparecerla en mayor medida o bien, que sean tan pocos para entonces que no logren levantar movimientos contra el nuevo orden.

¿Me explico?

Y este panorama negro y de falta de equilibrios dependerá de usted y de su voto en el 2021, estimado lector.

EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.

Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorado en Administración Pública. Es director general de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de CEO, Consultoría Especializada en Organizaciones… Cuando la unión de esfuerzos no es suficiente.

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