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Igualito que en Venezuela

2020-06-24 | Armando Vásquez A. | Sección: Te%20Recomendamos

En septiembre del 2009 se publicó en Venezuela un ensayo escrito por Andrés Simón Moreno Arreche, publicitado a su vez en un blog perteneciente a Teódulo López Meléndez y el cual se tituló: Teoría del Caos Social: Los tres escenarios previos.

Es un estudio académico en el cual se van desglosando conceptos como el “efecto mariposa”, la creación del “vórtice social” que se genera por acumulación social de pequeños cambios, el “Principio de la Turbulencia de la Ley del Vórtice”, los “flujos sociales” y sus diferentes velocidades así como la generación de un nuevo orden como destino final de la aglomeración de diferentes factores endógenos y exógenos.

De este análisis rescatamos los tres escenarios que cualifican con exactitud lo que ocurre en México y el destino final que puede tener nuestro país y que Venezuela ya lo sufre. Recuerde que fue publicado hace una década.

Esos escenarios tienen que ver con el odio, que es el primero; el miedo en segundo término y en tercer sitio y en este orden, la ausencia moral que en ese tiempo el autor señalaba como próximo a ocurrir en Venezuela si no se atendían las problemáticas que se estaban creando pues ya vivían las primeras dos mencionadas.

Explica con abundancia académica lo que es el odio y refiere que es una herramienta utilizada por el presidente de Venezuela para fomentar la división creando un “odio de clases; los ‘patriotas’ versus ‘los pitiyanquis’, la ‘burguesía’ versus ‘el pueblo’; los ‘hijitos-de-papá’ frente a ‘los muchachos revolucionarios’. Y en lo institucional: Las gobernaciones ‘patriotas’ versus las gobernaciones o municipalidades ‘golpistas’.

“Y también es un odio sexista que se manifestó groseramente hacia la mujer, cuando el Presidente de la República amenazó públicamente a su esposa, a través de los medios de comunicación social ‘encadenados’ en una de sus tantas alocuciones, con ‘darte lo tuyo’ un Día de la Madre, en abierta y manifiesta sublimación de un narcisismo sexual.

“La sociedad venezolana comienza a fracturarse y la población se torna ambivalente. Las presiones demográficas, la crisis fiscal, la división de las elites jóvenes insatisfechas, la angustia inflacionaria y las presiones tributarias en el pueblo generan una aguda ambivalencia psico-social”.

Existen al menos tres escenarios en los que el odio se transforma en disparador caótico: 1.- Cuando los individuos jerarquizan la identidad colectiva por encima de la identidad particular. 2.- Cuando los individuos, rechazados o no por su entorno, asumen el rol de vengadores anónimos y 3.- Cuando las estructuras sociales colapsan y surgen la anarquía, la desobediencia civil y el colapso institucional, cuyas manifestaciones más conocidas son el golpe de estado y la rebelión popular.

En cuanto al miedo, establece:

“Los líderes mesiánicos (a través de las instituciones gubernamentales, o de los entes formadores y forjadores del carácter social) utilizan al miedo como generador del escenario sobre el cual van a ejecutar sin oposición ni controles, la segunda fase del proceso: el sometimiento de las multitudes, previamente divididas en clases, castas o categorías a partir del miedo precedente, básicamente generando una sensación de “plaza tomada” manejando el terror abierto o velado, que se cuela por todos los ámbitos de la estructura social hasta alcanzar a sus organizaciones fundamentales: El grupo, la vecindad, la familia”.

Así, la capacidad del poderoso para conseguir que alguien se someta a su voluntad, se sustenta en tres capacidades: conceder premios, infligir castigos y cambiar las creencias y sentimientos de la víctima.

“De modo que la privatización de espacios residenciales, la contratación de vigilancia formal y/o informal, el pago de vacunas, el porte de armas, las precauciones cotidianas, las conductas de inhibición, la organización de comités de seguridad vecinal, etc., no son sino respuestas de autoprotección que está llevando a vivir en actitud de permanente vigilancia de unos a otros y con riesgos adicionales a los generados por la actividad delictiva común.

“La circulación de la violencia, las palabras, los rumores, el miedo representado e impregnado en personas o cosas cotidianas vuelven al miedoen una epidemia que corroe las raíces mismas de la sociedad, rompe con la cotidianidad y, en su lugar, dispone de nuevos códigos que harán de las relaciones sociales una convivencia en tensión permanente, en desconfianza, en inseguridad.

“A decir de Hobbes, son tres los motivos principales generadores del miedo: La competencia, la seguridad y la gloria, el primero hace que los hombres se enfrenten por las ganancias y los beneficios, por los bienes escasos diríamos hoy; el segundo hace que los seres humanos usen la violencia para defenderse e impedir que otros se apropien de lo que ellos tienen; es decir, para garantizar su propia seguridad y la de sus bienes; el tercero, la gloria o el honor, se refiere a la necesidad humana de ser reconocidos y valorados por los otros”.

Y el tercer escenario, la ausencia de moral que necesita un régimen totalitario para perpetuar su ignominia que transmuta en absolutista y egocéntrico. La ausencia de escrúpulos y la falta de moral que en Venezuela, van intrépidamente y de la mano de un menaje ideológico difícil de tragar y mucho menos de digerir, al cual identifican como ‘socialismo bolivariano del Siglo XXI’.

“Hay tres apartados esenciales con el tema ético de nuestro tiempo: el ejercicio de la libertad en las democracias actuales, de tal forma que el liberalismo económico, moral y político imposibilita –en primer lugar--, la construcción de una moralidad pública en las sociedades laicas y plurales, en segundo la falta de atención que las teorías suelen prestar al problema de la motivación moral y tercero, el peligro que representan hoy los fanatismos y los fundamentalismos morales y políticos”. (El control de los procesos electorales, pues).

“Es decir un Estado que alegando razones de salud pública impondrá a sus ciudadanos una determinada moral cívica, social, sexual o religiosa, conculcando sus libertades en estos terrenos.

“La ausencia de una moral, tanto en el Gobierno como en los ciudadanos que se rigen por aquél, constituye el caldo de cultivo ideal para que florezcan las autocracias que destruyen el más importante tejido conjuntivo de la sociedad, ese que detiene al bárbaro, que protege a la moral y conduce el accionar de las políticas de un Estado sujeto a cánones éticos.

“El odio y el miedo se han desatado con furia sobre la sociedad venezolana que produce más pobreza y dependencia y estamos a un paso, corto, (dice el autor con visión de futuro) breve e inminente de consolidar el tercer escenario: la ausencia moral, paso que se dará si desde las aulas y los hogares venezolanos se permite la indoctrinación que viene solapada, bajo la figura de leyes especiales y de inciertos reglamentos inexistentes, entre el falso pelaje de cordero de la licantrópica Ley Orgánica de Educación”.

Que por cierto, en México ya ocurrió por lo menos en el papel.

El documento completo está en este link: https://bit.ly/2NqFhVi

EN FIN, por hoy es todo, mañana le seguimos si Dios quiere.

Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 35 años de experiencia en medios escritos y de internet, cuenta licenciatura en Administración de Empresas, Maestría en Competitividad Organizacional y Doctorado en Administración Pública. Es director general de Editorial J. Castillo, S.A. de C.V. y de CEO, Consultoría Especializada en Organizaciones… Cuando la unión de esfuerzos no es suficiente.

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