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Si el FBI captura a los asesinos de los Le Barón, ¿los soltaría el Gobierno Federal?

2019-11-11 | Eugenio Madero | Sección:

Eugenio Madero

Perspectiva

Hace unos 20 años -cuando el comandante Manuel Emilio Hoyos era el director de la Policía Judicial del Estado (PJE), hoy Agencia Ministerial de Investigación Criminal (AMIC)-, las autoridades policiacas de Los Angeles, California, solicitaron la colaboración de nuestros elementos para aclarar una buena cantidad de homicidios que se habían registrado en aquella ciudad de Estados Unidos.

Al atenderse la petición gringa durante uno de esos encuentros binacionales que se hacían esporádicamente en aquel tiempo, el “Halcón” y los “Nikels” sonorenses (me voy a reservar sus nombres, porque ya incluso algunos están jubilados) partieron a “eliey” (L.A.) para hacer el trabajo.

En unas cuantas semanas, apoyados con traductores y gran parte de la estructura policial de la ciudad donde juegan Los Dodgers, nuestros paisanos resolvieron el caso al dar con la autoría intelectual y material de esos homicidios.

Fue un hecho -que aunque no recibió mucha publicidad como tendría en estos días con la existencia de las redes sociales de internet- que fue un gran motivo de orgullo y reconocimiento por parte de las autoridades estatales de Sonora de aquellos años.

Nuestros policías judiciales superaron, incluso, la labor y el prestigio que históricamente han tenido las agencias estadounidenses, las cuales vemos comúnmente en las series de televisión resolviendo infinidad de casos.

Y debe decirse también, que nuestra legendaria PJE le pegó una arrasada a la Policía Judicial Federal (PJF) de nuestro país; la cual había estado involucrada en hechos delictivos del narcotráfico y en acciones en contra de los derechos humanos de los civiles en esos tiempos.

Sobre todo en Sonora.

Fue tan nefasta la imagen de la PJF, que el entonces diputado local por Cananea, Raúl Romero Fontes (conocido como “El Chilero”, ex líder sindical minero), propuso la expulsión de Sonora de ese cuerpo policiaco; sugiriendo que el Ejército Mexicano se hiciera cargo de nuestra seguridad en las calles.

A más de 20 años de esa sugerencia del “Chilero”, tal parece que tenía razón.

Sobre todo por la creación de la Guardia Nacional y la desaparición de la PJF.

Pero, bueno…

Ahora en estos días, con el ofrecimiento que aceptó la gobernadora Claudia Pavlovich para que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) colabore en el esclarecimiento de la masacre ocurrida en Bavispe en contra de la familia Le Barón, creo que fue algo muy acertado y que podría tener resultados positivos en breve.

Un aspecto que será de suma importancia en las investigaciones de los próximos días, será el avance tecnológico que seguramente aplicarán las autoridades policiacas gringas.

Recordemos que la criminalística (ciencia que se aplica para esclarecer delitos) apenas va iniciando en Sonora con el nuevo laboratorio que adquirió la Fiscalía General de Justicia (FGJ) y que es único en el país; mientras que en Estados Unidos, en este aspecto, nos llevan muchos años de ventaja.

El embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau; el gobernador de Arizona, Doug Ducey; y su homóloga en Sonora, Claudia Pavlovich Arellano; podrán estar seguros de la veracidad de los resultados en las investigaciones que ya se están haciendo sobre este multihomicidio que consternó a todos los mexicanos.

Lamentablemente en todo esto, no vemos la participación de la Delegación Estatal de la Fiscalía General de la República (FGR) que representa en Sonora, Pavel Núñez Moreno.

Ni tampoco de la FGR a nivel nacional.

Y como sucede cada vez que hay una decisión trascendental -como esta que acaba de tomar la gobernadora Pavlovich Arellano-, siempre surgen opiniones afines y en contra.

El “Pato” De Lucas, por ejemplo, mandó publicar un twitter donde recuerda que durante su campaña del 2018 a la Presidencia Municipal de Hermosillo por el PRI, propuso la colaboración del ex director del FBI, John Pistole, para mitigar la delincuencia que ya se estaba viviendo en las calles y barrios de Hermosillo.

En caso de haber ganado, por supuesto.

De hecho, Mr Pistole estuvo en algunos eventos pegándose baños de pueblo con la raza y acompañando al “Pato”.

También -y como era de esperarse- surgieron opiniones en contra de la decisión de la Mandataria Sonorense; las cuales provienen básicamente de adversarios políticos y que se entienden por obvias razones.

Lo cierto es que, de todo esto, hay algo que siempre ha existido:

Los elementos de las agencias policiacas gringas siempre han trabajado en México y en países donde el narcotráfico tiene un gran impacto social y económico, como es el caso de Colombia, Venezuela, Bolivia, Panamá y Perú, principalmente.

Recordemos que en México, por ejemplo, la investigación que estaba realizando el asesinado agente de la DEA (Administración de Control de Drogas), Enrique Camarena Salazar, por poco y desarticulaba los grandes cárteles de la droga de los 80’s que estaban en el punto de inflexión de comercializar más la cocaína que la mariguana.

Y así como esta intervención de una agencia policiaca gringa, hay muchos ejemplos en México y en otros países de Centro y Sudamérica.

Lo que me llama la atención de la masacre en contra de los Le Barón Langford, es que como decíamos líneas arriba, el Gobierno Federal no se está metiendo mucho en las investigaciones.

Salvo las constantes declaraciones sobre el tema en la conferencias de prensa conocidas como “mañanera”.

Al presenciar ayer un programa de noticias del periodista Carlos Loret de Mola -y al tirarle muy duro a la Cuarta Transformación (4T)-, hacía referencia de un editorial del Washington Post que afirmaba que si México no hacía nada para proteger a los ciudadanos gringos en ambos lados de la frontera, el gobierno de Estados Unidos tendría que actuar más directamente.

Esto sería, algo así, como invadir nuestro territorio y pegarle en la torre a nuestra soberanía.

Confiamos, pues, que las cosas no lleguen a tanto y que el Gobierno Mexicano se ponga las pilas para que haya buenos resultados en las investigaciones y que se capture a los culpables.

Esperando, obviamente, que no vayan a soltar a los sicarios y a los autores intelectuales.

Como sucedió en Culiacán.

Digo.

Que tengan una excelente semana.