Realidad y percepción
Soledad Durazo
En materia política, y particularmente de política electoral, el rol opositor es más sencillo.
Lo es porque desde esa palestra se pueden identificar con más facilidad las fallas de quién gobierna.
Lo es porque desde esa trinchera se puede decir lo que el respetable quiere oír o necesita oír.
Y fundamentalmente lo es, en una sociedad poco analítica.
El discurso opositor ha señalado constantemente al gobierno del estado, de falta de transparencia y por ello es que ayer la Jefa de la oficina del Ejecutivo, Natalia Rivera, salió a fijar la postura del gobierno del estado y a refrescar la memoria y a sustentar sus dichos en datos, en las fuentes oficiales y en los resultados:
En el 2014 el estado de Sonora se encontraba entre los 10 estados con más observaciones en la cuenta pública; dos años después se ubicó entre los 10 menos observados. De estar en el tercio peor paso al tercio mejor.
De 1150 observaciones del ISAF en 2014 redujo el índice en un 90% para 2016 donde se recibieron 162 puntos observados.
El indicador de transparencia y disponibilidad de la información fiscal ubicaba a Sonora entre los peores estados en 2014 (lugar 28) para 2018 ya se superaron 20 escaños para ubicarse en el lugar 8.
En 2015 según el INEGI Sonora estaba en los peores 14 lugares de la encuesta nacional de calidad e impacto gubernamental; para el 2017 se ubicó entre los mejores 7 lugares de percepción de corrupción.
Y son esas cuatro referencias que hizo Rivera Grijalva a hechos que respaldan sus dichos.
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Viví muy de cerca ayer una de tantas historias que se registran a diario en Hermosillo: dos jóvenes que salen de su casa a trabajar de forma honrada para llegar a la hora de la salida del trabajo, con que su casa, hasta entonces muy segura, había sido ya visitada por los ladrones que a plena luz del día brincan el cerco (alto), tiran la reja, entran y no dejan espacio sentido en su búsqueda de obtener lo que no les pertenece y que otra gente que sí trabaja, ha tardado años en obtenerlo.
Quienes lo hemos vivido no es difícil volver a experimentar ahora en los zapatos de otr@s, ese grado de coraje, de frustración y desesperación. Las pocas personas _ si existe alguien_ que no lo han vivido, no requieren de mucha imaginación.
Vendrán luego los trámites engorrosos para finalmente no obtener resultados. Ser parte de los expedientes que duermen el sueño de los justos.
Viene ahora para l@s afectad@s el volver a trabajar para recuperar lo perdido. Pero en cada robo se va una parte de la tranquilidad y esa difícilmente se recupera máxime cuando no pasa día sin que desde tu círculo cercano se exprese alguna referencia a esa inseguridad en medio de la cual nos encontramos.
Y entonces el hartazgo social se incrementa y en esas circunstancias las estadísticas positivas no cuentan y compruebas que la percepción es realidad o la realidad alimenta la percepción o que para el caso, es la misma.
Eso es lo que cuenta para el ciudadano en el día a día. Lo que pasa en su banqueta, en su colonia…ahí no tienen espacio ni mucho menos importancia, bombas mediáticas como que Ernesto Cordero denunció fuerte ante la PGR a Ricardo Anaya y que para que la cuña apriete tiene que ser del mismo palo… allá ellos que se peleen al cabo con el tiempo la arena política los vuelve a unir…pero acá abajo, en la lucha diaria, otro es el sentir, otras las urgencias, otras las respuestas que se requieren porque más que exitosos ataques políticos, lo que necesitamos es éxito de las autoridades en su combate a la delincuencia y no resultados mediocres… lo que necesitamos como sociedad es conformarnos con ciudadanos de bien que no den cabida tampoco a la mediocridad y a la delincuencia, porque si bien es cierto la tarea del Estado es garantizarnos seguridad a l@s gobernad@s, también lo es que la delincuencia sale de entre nosot@s, algunas veces con cargos públicos pero evidentemente no siempre… urge eficiencia de las autoridades y responsabilidad ciudadana en la formación de las nuevas generaciones y en el desempeño de quienes ya tenemos capacidad de razonamiento y facultad de toma de decisiones.
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