Información extraoficial llega de Sinaloa: las “ratas” abandonan el barco que se hunde
Rumbos/Mario Rivas Hernández
NO ME HABÍA INTERESADO EN MUCHO TIEMPO—hablo en términos de meses, de un año y pico, por ejemplo—del caso de JOAQUÍN GUZMÁN LOERA, El Chapo.
Periodísticamente, pensé que era tema agotado. De hecho, los más cotizados noticiarios de la televisión nacional, ya solo se ocupan de El Chapo cuando el día está muy “flojo” en tratándose de información.
Cuando hay sequía de noticias, pues.
Pero unas imágenes me hicieron cambiar de opinión. La de El Chapo, es una historia cuya última fase apenas comienza.
Me bastó ver en la prensa escrita una foto de Guzmán, sentado en una banca, y a una mujer policía supongo que del Departamento de nueva York, según se puede leer en la chamarra de la agente.
Guzmán mira de abajo hacia arriba a la mujer. Sus ojos no parecen tener una expresión indefinida. Más bien se perciben cansados. Sin vida propia. Sin esperanza. Solo existe.
Ella, en español, le dice algo.
Ayer mismo, después de haber visto esta fotografía, escuché en un noticiario de Telemundo, una plática de la reportera con EMMA CORONEL, una de las esposas—la más conocida—de El Chapo.
Ella se lamenta de que en año y medio solo lo haya podido ver en los tribunales a la distancia.
No ha podido cruzar palabra con su esposo. Al parecer, a las niñas y a los abogados si se les ha permitido verlo.
Estos dos momentos me pusieron a reflexionar. Y luego, a preguntarme: ¿Cuánto dura la vida de un capo como El Chapo en promedio?
Me dije que esta medida no podía basarse en la edad de cada narco detenido por la policía, sino por la vida que haya llevado en cuando menos la mitad de su existencia.
Guzmán ha pasado una buena parte de su vida recluido en distintas cárceles. Se ha fugado de dos penales de máxima seguridad en México y vivió prófugo varios años, en casas con una sofisticada red de túneles para escapar en caso de ser necesario.
La primera vez, le funcionó muy bien durante 13 años. Pero la confianza lo llevó a cometer errores graves. Y fue sorprendido por marinos sin que pudiera hacer uso de sus túneles de escape.
Otro tiempo en el penal del Altiplano, del que nadie pensó jamás que volvería a fugarse.
Pero lo hizo, causándole un grave daño a la imagen del Gobierno de ENRIQUE PEÑA NIETO.
Vivió a salto de mata cambiándose de un refugio a otro en la sierra madre occidental de Durango y parte de Sinaloa.
En este periodo, lejos de cuidarse, cayó en la seducción de una mujer que creyó que estaba por encima de lo que establece la ley y publicó en redes una carta de proclamas a favor de Guzmán Loera, de quien dijo que era un hombre mejor que el Presidente porque ayudaba a la gente.
Y cosas así.
KATE DEL CASTILLO “enganchó” en su seducción a El Chapo. Se dio algo parecido a un romance epistolar entre el capo y la protagonista de “La Reina del Pacifico”.
Esto lo volvió a perder.
La inteligencia del Gobierno mexicano y la de los Estados Unidos, le siguieron la hebra a esta relación cibernética. Ella salvó el pellejo gracias a su nacionalidad gringa pero Guzmán, no.
Esta vez, no hubo contemplación del Gobierno estadounidense. Y fue extraditado.
Hoy, Emma Coronel, la ex reina de la belleza de Canelas, Durango, se queja de no poder ver a su marido. Esto, en cualquier situación, es algo muy triste.
Pero por otra parte, es comprensible.
Por eso, cuando escuché y vi en las imágenes en la tele a la señora Guzmán, quejarse amargamente de esta situación, me pregunté cuánto dura, en promedio, la vida real de un capo de la talla de El Chapo.
Algunos dicen que cincuenta años. Otros, que 55.
Sin embargo, si bien El Chapo anda entre los cincuenta y los sesenta, PABLO ESCOBAR GAVIRIA, el legendario líder del Cártel de Medellín, muerto en 1993 en Colombia; rondaba los 45 años cuando terminó su existencia.
Igual, llevaba cinco o más años a salto de mata.
Una vida que no es vida. En ese tiempo, el lujoso edificio de condominios llamado pomposamente “Mónaco”, situado en el corazón de Medellín, fue víctima de un bombazo por grupos enemigos de Escobar.
De la explosión, la niña del capo, que eran sus ojos, perdió uno de sus órganos auditivos.
No hay duda: en ningún otro gobierno, los capos del narcotráfico fueron tan exitosamente perseguidos y capturados como en el de Peña Nieto.
Uno a uno, fueron cayendo.
Pero paradójicamente, esto no se le tomó en cuenta a Peña.
Como sea, me causó una rara impresión el caso de Guzmán y de su familia. Y me quedé con otra pregunta: ¿vale la pena cambiar tu vida normal, la de todos los días ver tus horizontes para preguntarte por cual debes caminar, por una riqueza súbita pero condenada a un prematuro final que de paso se lleva en la debacle a la familia?
La razón dice que no pero…
En fin.
DE AQUÍ, DE ALLÁ Y DE MÁS ALLÁ
Y AQUÍ, EN CAJEME, TODO ESTA listo para la realización de la Asamblea Anual de la Asociación de Propietarios Rurales del Valle del Yaqui, que tendrá efecto mañana, viernes, aquí en Ciudad Obregón…
Como bien se sabe, el presidente de esta asociación—antes Pequeños Propietarios Agrícolas—es JUAN GÁNDARA GONZÁLEZ, y al finalizar los trabajos de la asamblea, habrá una comida-reunión en El Bronco, el feudo de JUAN RURICO LÓPEZ y BETO LÓPEZ…
¡Y AGÁRRATE, GENOVEVA, QUÉ VAMOS A GALOPAR! Fuentes confiables del vecino Estado de Sinaloa, comentan que en la cúpula priista estatal se han encendido los focos rojos…
Señalan que el exgobernador sinaloense, JESÚS AGUILAR PADILLA, “dejó la mitad de su equipo en el PRI y la otra mitad la mandó a Morena”…
Curiosamente, mi interlocutor soltó una exclamación similar a la que ya le había escuchado a otro priista de Hermosillo: “¡Sálvese quien pueda!”…
Lo que voy a compartir con usted, caro lector, no es producto de un chisme de café… De hecho, está basado en sucesos reales debidamente documentados por el mismo gobierno y en los que estarían involucrados liderazgos de alto nivel en el PRI: se asegura que hay quienes han tendido puentes de acercamiento con el equipo de AMLO…
¿Qué esto no puede ser cierto? ¿Y por qué no, dilecto amigo?...
Está en la naturaleza humana: del PRI, como plataforma política, ya se sirvieron sexenalmente ríadas de personajes que se enriquecieron desmesuradamente y convirtieron al instituto político en el villano de la historia de este país…
Ahora ya no les sirve, abandonan el barco como las ratas y lo dejan a su suerte…
Puede que así sea mejor. Quizás el partido se recupere con gente nueva, con mentes limpias y algún día emerja desde sus cenizas…
Hay una fotografía donde se observa a Aguilar Padilla con el rostro torcido en un evento de JOSÉ ANTONIO MEADE, y una leyenda que reza: “Tú cara cuando le echas porras a Meade, pero mandas a Jova con AMLO”… Supongo que Jova es alguien de confianza de Aguilar…
Es todo.
Le abrazo.