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La historia del IMSS en Sonora, contada magistralmente por Ignacio Lagarda Lagarda

2018-01-20 | Mario Rivas Hernández | Sección: Principal

Rumbos/Mario Rivas Hernández

AQUÍ YA LO HE DICHO: EL IMSS EN Sonora se cocina aparte. Hay un antes y un después en este sexenio. ¿Por qué no miran lo positivo de algunas instituciones los que por sistema han estado friegue y friegue al Gobierno de ENRIQUE PEÑA NIETO?

En Nogales está por inaugurarse—están esperando que el Presidente fije la fecha de la inauguración—un hospital de primer mundo aunque otros lo califican como “de punta”.

He visto los videos y las fotografías. Supera con mucho a cualquier otro hospital del país.

¿Y quién diablos se ocupa de hacer un comentario objetivo sobre esta magna obra?

MIGUEL JIMÉNEZ LLAMAS describió, genuinamente orgulloso, el número de especialistas que se concentrará en este hospital nogalense.

Con absoluta precisión se refirió al “antes y después” de la actual administración federal.

Dijo que durante 25 años muchos aspectos de la infraestructura hospitalaria se mantuvieron en el abandono. Hoy, los edificios del IMSS en Sonora lucen flamantes. Se han instalado quirófanos donde no los había. Hay más camas en las salas de urgencias y estas se han ampliado, principalmente en Ciudad Obregón.

Los que escuchábamos su intervención, recordamos al subterráneo del Hospital de Cajeme: se inundaba y la gente llegó a pensar que en algún momento el edificio se vendría abajo.

Este problema ya no existe.

Pero lo mejor de todo—afirmó Jiménez Llamas—es la atención del personal médico y de las enfermeras.

Habló de la capacitación y el humanismo de médicos y enfermeras.

Un dato que lo dice todo: en 2012, se aseguraban que el IMSS colapsaría financieramente en 2014.

No solamente no colapsó sino que en este año tiene un superávit de más de 7 mil millones de pesos.

¿Por qué y para qué fue este evento?

Bueno, fue para celebrar el 75 aniversario de su fundación. De la historia del IMSS se encargó el historiador IGNACIO LAGARDA LAGARDA, con quien, al final del evento, evocamos una estupenda velada en Los Arbolitos de Hermosillo, con PORFIRIO MUÑOZ LEDO, BULMARO PACHECO y CARLOS MONCADA OCHOA.

Magnífico estuvo Nacho Lagarda, con su chispa humorística en intercalaciones afortunadas.

Ciertamente, la historia del IMSS en Sonora es muy interesante y algunos de los asistentes de las nuevas generaciones conocieron por qué la Delegación del IMSS se encuentra en Cajeme y no en Hermosillo.

En algún momento de su relato, Lagarda mencionó al Dr. JOSÉ ANTONIO CERECER BELTRÁN, mi dilecto amigo, a quien no hace mucho se le rindió un emotivo homenaje en la Cruz Roja de Ciudad Obregón.

Volviendo con Miguel Jiménez Llamas, conmovió a la audiencia la intensidad emotiva con la que resaltó los atributos humanos del Dr. FILIBERTO PÉREZ DUARTE y de don PABLO COBOJ.

De éste último, nos hizo reír con sus comentarios muy entrañables pero al mismo tiempo jocosos sobre don Pablo, papá, por cierto, de la exdiputada ROSSANA COBOJ, viuda de mi inolvidable amigo EDUARDO CASTRO LUQUE.

Al final, el pastel del que yo alcancé una tajada y el Cacho ANGULO alcanzó otra.

Como siempre ocurre en estos casos, la despedida fue de abrazo, apapachos y posar para las cámaras.

Ahí tuve el gusto grande de saludar y con él platicar brevemente, al Dr. MARIANO PADILLA, Director de la unidad Médica de Alta Especialidad, el famoso UMAE.

Buen hombre este galeno, servicial y fraternal. Palabra.

Hubo tres galardonados. A saber: DR. FILIBERTO PÉREZ DUARTE, don PABLO COBOJ y la enfermera SONIA GUADALUPE VALENZUELA.

Siempre serio pero siempre humano, el Dr. MARCO ANTONIO HERNÁNDEZ, Director de Servicios Médicos del IMSS en Sonora.

Y los encuentros con viejos amigos: LUIS FELIPE GARCÍA DE LEÓN, con quien quedó pendiente una velada musical. Ojalá, mi querido amigo.

Mucho tiempo había pasado desde la última vez que AMBROSIO ESCALANTE y yo nos habíamos visto. Le vi bien, venturosamente enterito.

Naturalmente, mi amigo y colega JAIME RAMÍREZ MONTES, eficiente como pocos Comunicadores en Jefe del Seguro Social.

Y ROBERTO LAGARDA LAGARDA (“Vamos a armar ahora sí una ida a La Reclusa”, prometió), Jefe de Recursos Humanos de la Delegación del IMSS. Y el abrazo con el cetemista AURELIO VALDEZ.

Total, un excelente evento, emotivo, ilustrativo, ameno y por momentos salpicado de buen humor.

Y el pastel por los 75 años del IMSS, riquísimo.

Me cae que sí.

En fin.

DE AQUÍ, DE ALLÁ Y DE MÁS ALLÁ

DÉJEME DECIRLO: UN MUY QUERIDO amigo mío me llamó ayer para hacerme algunas observaciones sobre mi comentario acerca de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos de Sonora, la CNC…

De entrada matizó: “Estoy de acuerdo en que el Sindicato de Trabajadores Agrícolas de la Costa de Hermosillo, le está comiendo el mandado a la CNC”…

—Pues adelante con lo que viene. Yo sé que me vas a cuestionar…

—Pues sí y no. En todo caso, voy a hacerte unos agregados, si me lo permites…

—Viene…

—Mira, tú escribiste que la Liga cenecista de Sonora vive de migajas y no estás equivocado. Hablas de la grandeza que tuvo, pero quiero aclararte que no todas las Ligas estatales viven así. Ve como está la Liga de Sinaloa. Está poderosa, su voz se escucha con atención, tiene una envidiable salud económica…

—¿Con aportaciones de los ricos?...

—¡No señor! Con las aportaciones de sus miembros que destinan un tanto por cierto de lo que producen, principalmente de la producción de máiz…

—Una raya en el agua, ¿no?...

—Por supuesto que no. hay varias Ligas estatales de la CNC con autonomía financiera cuyos líderes no tienen necesidad de andar buscando diputaciones…

Mi amigo sabe de lo que habla. Es un hombre bien documentado porque en los distintos cargos gubernamentales que ha ocupado, ha estado cerca del campo y de sus organizaciones ejidales y agrícolas…

Ni hablar: las cosas como son…

Y HABLANDO DE OTRAS COSAS, hace algunas semanas leí en un diario de la Ciudad de México que murió MARÍA ANGÉLICA LUNA PARRA…

Vi el nombre y algo me retumbó en alguna parte de la memoria…

Y repetí en silencio: “Angélica Luna, Angélica Luna…”…

—¡Ah, claro! Angélica Luna Parra, la señora que conocí en el avión, muy amiga de LUIS DONALDO COLOSIO…

De ella y nuestro casual encuentro a 30 mil pies de altura, en plena madrugada del 12 de enero de 1994, hay una anécdota ocurrida en el aeropuerto de Coatzacoalcos, Veracruz…

No me alcanzaría el espacio para contarla completa, caro lector, pero le daré un adelanto: en el vuelo y de madrugada, el candidato presidencial Colosio, se levantó de su asiento, donde le acompañaba ERNESTO ZEDILLO, para ir al baño… Al pasar a mi lado, me dio una palmadita en el hombro, a manera de saludo… El resto, se lo debo para otra ocasión...

Es todo.

Le abrazo.

mrivas@tribuna.com.mx