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Depresión y suicidio: ¿Cómo identificar y frenar una tragedia?

2017-10-06 | Tomado de internet | Sección:

La prevención, en sus muchas formas, es la primera línea de defensa, según el Dr. Doug Gray, pionero en Utah en la prevención del suicidio. 

Foto: Tomada de Internet

DESERET NEWS

“Llegó el punto en que hago tanto por ella que me cuesta concentrarme en mis otras actividades, mi vida social, la escuela, y está bien porque amo a mi mamá”, dijo Elijah

Elijah Dean estaba sentado en su auto pensando el plan para acabar con su vida.

Su madre se había enfermado hacía dos años y el muchacho de 17 años la cuidaba. Los médicos no sabían bien cuál era la razón, pero no mejoraba.

Elijah, el menor de 13 hijos había sido un alumno de la secundaria Provo extravertido y amigable, de esas personas listas para sonreír. Pero las cosas habían cambiado.

“Llegó el punto en que hago tanto por ella que me cuesta concentrarme en mis otras actividades, mi vida social, la escuela, y está bien porque amo a mi mamá”, dijo Elijah.

Finalmente, se dio cuenta de que estaba deprimido.

“Fue muy gradual. Casi no lo noté hasta que miré hacia atrás para ver cuán lejos había llegado”. La depresión no tardó mucho en traer aparejados pensamientos suicidas.

“Finalmente, me resultaba tan difícil seguir el ritmo en la escuela y me costaba tanto poner una sonrisa falsa que dejó de valer la pena. Era tan agotador y cansador que pensé ‘Se acabó, no quiero hacer esto’”, dijo Elijah, que ahora tiene 18 años. “Cuando te dices: ‘No quiero hacer esto’, buscas otras opciones”.

Si le preguntan en este momento a Elijah si quitarse la vida sigue siendo una opción, responde con un contundente “¡No!” Pero hasta no hace mucho tiempo el suicidio era una realidad para él. Ahora, ha unido su voz a expertos que dicen que hay medidas que la familia, los seres queridos y hasta los extraños pueden adoptar para ayudar a quienes tienen pensamientos suicidas.

Y las cifras de suicidas continúan subiendo, pese a que no hay una clara razón que lo explique.

Si bien las cifras cuentan una historia sombría, muchos creen, empero, que hay motivos para albergar esperanza.

“La esperanza es sin duda la clave. La esperanza salva vidas”, dijo Emily Hoerner, presidenta de la junta directiva y cofundadora del capítulo Utah de la Fundación Nacional para la Prevención del Suicidio.

En 2009, Hoerner perdió a su hermano, Jed, que se suicidó. La familia llevó adelante su duelo con dificultad, dijo, sin saber dónde buscar ayuda. Finalmente, a través de su participación en una caminata para la prevención del suicidio, encontraron la esperanza y el apoyo de otros en su situación.

Hoerner y su madre luego crearon el capítulo Utah de la fundación para la prevención del suicidio. A través de dicha fundación, conectan a otras personas con la capacitación, los recursos y el apoyo que en un primer momento a su familia le resultó difícil encontrar.

“La educación es clave”, dijo Hoerner. “Hacer saber a la gente que existe ayuda, que hay esperanza y que se puede combatir, y es posible recuperarse”.

La terapia de conversación y la medicación son los dos medios comunes de prevención que ella menciona, pero en definitiva se reduce a lo que funciona para cada individuo.

“Cada uno es un poco distinto”, dijo, agregando que “Tu vida puede ser fantástica”.

La prevención, en sus muchas formas, es la primera línea de defensa, según el Dr. Doug Gray, pionero en Utah en la prevención del suicidio. Gray es psiquiatra infantil en el Instituto Neuropsiquiátrico de la Universidad de Utah, y comenzó a abogar por la prevención del suicidio hace décadas.

Hace unos tres o cuatro años, Gray sugirió que se designara un coordinador para crear un esfuerzo cohesivo en torno de la prevención del suicidio en vez de la mezcla de distintas entidades que existían en ese momento. Gray esperaba un coordinador; el estado nombró tres.

“Tengo muchas esperanzas. Llevo en esto 20 años y las cosas han avanzado a duras penas, de alguna manera… y en los tres o cuatro últimos años, la iniciativa de prevención del suicidio creció exponencialmente. Es increíble”, dijo Gray.

Si bien Gray sabe que la salud mental y el suicidio todavía sobrellevan estigmas, 20 años en la actividad le han dado la oportunidad de presenciar una tendencia hacia la apertura en tanto muchos se liberan de la vergüenza a la que se encadenaron erróneamente las cuestiones de salud mental.

“Cuando era un joven psiquiatra, si veía un paciente en un restaurante, no lo miraba y él no me miraba, y estaba bien. Era su privacidad. Pero ahora, la mayoría de las veces, se acercan a saludar a mi familia y me hacen conocer a sus abuelos”, dijo.

Como sucede con cualquier otra dolencia, la mejor manera de tratar las crisis de salud mental como el pensamiento suicida es evitarlo antes de que se produzca, dijo Gray. La depresión y otros problemas de salud mental pueden ser consecuencia de la herencia del paciente, de su psicología, de la forma en que piensa o de grandes cambios en su vida, como el divorcio o la pérdida de un ser querido.

El abuso de drogas y los antecedentes de suicidios en la familia o un trauma también suelen contribuir a la ideación suicida. Cuando se presentan estos factores, los médicos, los psiquiatras y los psicólogos suelen analizar ciertos signos para ayudar a sus pacientes a ahuyentar las fantasías suicidas antes de que se materialicen.

No obstante, la prevención no es sólo para los profesionales de formación.

“Lo digo todo el tiempo, debemos dejar de lado nuestros teléfonos celulares y prestar atención a quienes nos rodean”, dijo Hoerner. “Antes… sabías lo que ocurría en tu vecindario, sabías qué les ocurría a tus compañeros de trabajo… pero ya no”.

En las capacitaciones, ella estimula a las personas a ser lo que define como “curiosos útiles”.

“Deja el teléfono y presta atención a las personas que tienes a tu alrededor”, dijo.

Hoerner alienta a otros a formular las preguntas difíciles y no aceptar respuestas superficiales que puedan ocultar una emoción verdadera. También es importante que los padres enseñen a sus hijos estrategias para salir adelante cuando son pequeños, dijo.

Quienes exhiben signos de depresión deben buscar ayuda de un profesional de salud mental y explorar otros recursos específicos para su situación.

Si alguien muestra signos de alerta y puede estar en riesgo de suicidio, pregúntele específicamente si está pensando en matarse, sugiere la coalición de prevención. Sea directo, pero no juzgue. Permanezca con la persona, especialmente si parece correr un riesgo inmediato, luego llame al servicio de emergencia y pregunte por una persona capacitada en Intervención de Crisis o llame a una línea local de crisis.

Hay disponibles otros servicios para crisis, incluso aplicaciones móviles.

A los amigos de Elijah no les resultó difícil darse cuenta de que algo había cambiado en el adolescente lleno de energía y extravertido. Con la depresión, salir de la cama se había vuelto una tarea ardua para Elijah, y pensar en enfrentar a sus amigos era aterrador. Pero estar solo era insoportable.

“(Mis amigos) lo hicieron probablemente de una de las mejores maneras”, dijo Elijah. “No me la señalaron (la depresión) sino que me dieron la oportunidad de que yo hablara de ella”.

A menudo salía con el auto para relajarse, de modo que sus amigos lo llamaban para acompañarlo.

“Pensaba entonces ‘Perfecto, eso puedo hacerlo’”, dijo. “Simplemente lo hablaba, y ellos, en vez de referirse a mi depresión, me hablaban de la experiencia de alguien que conocían, y eso me ayudó a abrirme”.

Pero cuando Elijah comenzaba a tener pensamientos suicidas, dejaba de abrirse.

“En realidad nunca me confiaba tanto con ellos cuando tenía ideas suicidas. Eso era cuando no quería hacerlo… Me asustaba y no quería asustar a otros”, dijo.

Las cosas no tardaron en llegar a un punto de inflexión.