Adoptemos un municipio afectado…
EL SENTIMIENTO DE solidaridad nos embarga a todos de diferentes maneras. Lo más lógico es ir y aportar algún tipo de producto a algún centro de acopio, pero siento que también se vale aportar ideas.
Empecé este jueves con una propuesta que tiene que ver con el hecho de adoptar un municipio pensando en tres hechos a reflexionar.
Por un lado está el video en el cual un empresario se queja de que no dejaban aterrizar su avión, creo que en Morelos, pues iba cargado de mercancía de apoyo a esas poblaciones que no se mencionan en la TV y que olvidaron las redes sociales gracias a la fantasmal Sofía Frida y al monstruo que significa la CDMX que todo lo absorbe, hasta la atención de los medios.
Me llamó la atención lo que empresario dijo: que querían entregar principalmente los productos ellos (un grupo de personas) pues no quería que se almacenaran y posteriormente aparecieran las despensas como herramienta para adquirir futuros votos. Y tiene lógica pues que yo sepa, no sabemos cuánto se recaudó, aunque en estas circunstancias es algo imposible de saber. Inclusive es un dato chocante.
En segundo lugar, los testimonios que abarrotaron los medios, procedentes del monstruo de ciudad, no permitieron observar con más amplitud los destrozos que causaron los sismos del 7 de septiembre y las inundaciones ocurridas en los estados que conforman la cintura de este país.
La última información que tenemos fue que había 2.6 millones de mexicanos afectados por el primer temblor y allí nos quedamos pues el trabajo de recolección de insumos duró unos doce días, antes del 19 cuyo temblor fue menor un punto (8.1 vs 7.1) y que causó más destrozos pero menos escandalosos pues la gente de esas poblaciones a lo mejor no cuentan con celulares e internet para enviar sus mensajes.
Oaxaca y Chiapas están devastados, pero ya los olvidamos y lo ocurrido en Puebla, Morelos, Guerrero, Tlaxcala el mismo Estado de México fue arropado pues por los destrozos en CDMX.
Esto me lleva al tercer punto. Son cientos los municipios que están afectados y miles los hogares destrozados. El Gobierno Federal y la solidaridad tienen un punto de quiebre y un período de vida. Las imágenes y el dolor que causan, que es el motor de esa solidaridad, también tienen un lapso de subsistencia por una razón lógica, la naturaleza del ser humano por supervivencia busca que olvidemos los impactos dolorosos, si no fuera así, la humanidad como tal ya hubiera desaparecido.
Y el ejemplo más común es el nacimiento de un bebé. Las mujeres que son madres olvidan ese dolor pues de no hacerlo y de mantenerse activo mentalmente, le aseguro que no se volverían a embarazar. Lógica natural. Lo mismo pasa con los hombres y mujeres en sociedad. Todo pasa.
El detalle es que los destrozos en las casas, el hambre, la falta de insumos para sobrevivir, lo cotidiano que necesitamos para vivir, eso no pasa rápidamente y hay un ejército de 2.6 millones de necesitados que requieren de nuestra ayuda aún antes del temblor del 19 y no veo que reciban la atención mediática adecuada.
Por esa razón señaló que Hermosillo, como sociedad altruista que es, nos hermanemos con algún municipio y lo adoptemos. Es decir, va a pasar esta ola de altruismo, pero si nosotros realizamos esa acción vamos a tener una interacción con esa población afectada de tal forma que incluso podamos hablar, comunicarnos de alguna manera, con las personas a las que podemos ayudar.
El sentimiento de ver que nuestro altruismo es efectivo lo veríamos reflejado en una familia que apoyemos, en un chamaco al que le envíemos una feria mensual, o cualquier otra acción que nos hará sentir que lo que envíamos tiene destino y fin. Está bien ahorita lo que hacemos, se envían recursos pero no existe el sentimiento de que ese producto en especial lo tiene la familia equis en su casa. ¿Me explico?
Imagine la escena: cinco amigos nos juntamos y adoptamos a una familia. Nos contactamos y le enviamos lo que podamos enviar. Claro que no será para siempre, pero si en un período determinado mientras se compone su situación. Debe ser espantoso como padre de familia observar que tus hijos y esposa pasan hambre y no poder hacer nada más que estar a expensas de lo que te da el gobierno que tarde o temprano se va a acabar pues son muchas bocas que alimentar.
Lo mejor de todo es que tendríamos acceso a ese sentimiento del deber cumplido que es muy satisfactorio.
El primer paso ya está dado. Es la idea, el siguiente debe ser que permee de tal forma que caiga en los oídos de quienes toman decisiones pues no es fácil conocer a qué municipio nos podemos hermanar, aunque ya una vez escogido, lo demás correrá por cuenta de todos los que integramos esta sociedad hermosillense.
Y si los otros municipios de Sonora o del país toman la iniciativa, pues mejor, siento que esas poblaciones van a poder salir de su situación en menos tiempo. ¿No cree usted, estimado lector?
¿Sabe cómo puede ayudar?, empiece por comentar esto con su familia y que se corra la voz. A final de cuentas es una decisión personal el ayudar a otros. Lo ideal es todos, pero como lo comenté, si esto no prospera, pues nos podemos reunir cinco amigos o los que quieran y escoger una familia de algunos de esos Estados y manos a la obra.
EN FIN, por hoy es todo, el lunes le seguimos si Dios quiere.
Armando Vásquez Alegría es periodista con más de 30 años de experiencia en medios escritos y de Internet, cuenta con posgrado en Administración Pública y Privada.
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